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    Trump baja aranceles a jitomate y café: impacto directo en los precios y en México

    El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, redujo aranceles a productos clave como el jitomate, el café, la carne de res y el plátano, una decisión que busca aliviar los precios de los alimentos en plena presión política por el costo de vida. La medida aplica a mercancías que no se producen en cantidades suficientes dentro del territorio estadounidense, una justificación que la Casa Blanca utiliza para argumentar que estas importaciones no afectan a la industria local. La reducción también se extiende a más de un centenar de frutas y productos tropicales que llegan desde Latinoamérica y el sudeste asiático, lo que coloca a México y a sus exportadores en un punto estratégico.

    El anuncio fue acompañado por funcionarios del Tesoro y de Comercio, quienes reconocieron que el régimen arancelario de los últimos años ha presionado al alza los precios pagados por consumidores estadounidenses, un problema que se ha convertido en tema central para los votantes. Los ajustes son retroactivos al 13 de noviembre y ya generan expectativas entre productores mexicanos por su posible efecto en la competitividad.

    Ajustes y efectos inmediatos

    La administración de Trump defendió la medida como una respuesta pragmática a la preocupación de los hogares estadounidenses por la inflación alimentaria. Scott Bessent, secretario del Tesoro, indicó que «se liberarán productos que no cultivamos aquí en Estados Unidos, como café, plátanos y otras frutas», señalando que el objetivo es reducir costos de forma rápida.

    La estrategia profundiza un viraje hacia políticas de asequibilidad que buscan transmitir un mensaje claro a la población: el gobierno quiere bajar los precios antes de que la presión económica se convierta en un problema electoral. Jamieson Greer, representante comercial, subrayó que muchos de los artículos incluidos en la lista de exenciones provienen de Sudamérica y el sudeste asiático.

    Además, explicó que la decisión forma parte de la aplicación de una orden ejecutiva firmada en septiembre, mediante la cual el presidente pidió explorar reducciones en bienes no fabricados en el país.

    Bessent y Greer reconocieron que los aranceles, implementados como parte de la agenda proteccionista de Trump, han contribuido a encarecer algunos alimentos. La Casa Blanca considera que esta rectificación es un paso necesario para evitar que la percepción negativa sobre la economía afecte al gobierno. En ese contexto, la reducción arancelaria también se interpreta como un reconocimiento implícito de que el enfoque comercial anterior elevó los costos a pesar de los esfuerzos por fortalecer la manufactura interna.

    Las exenciones superan las contempladas en recientes acuerdos marco con Argentina, Guatemala, El Salvador y Ecuador, donde la Casa Blanca anunció alivios sobre cítricos, carne de res y café. Estas ampliaciones muestran que la administración ha decidido acelerar la flexibilización arancelaria para frenar el descontento por los precios elevados.

    Reacción y expectativas en México

    La reducción de aranceles coloca a productores mexicanos en un escenario favorable, sobre todo en sectores como jitomate, café y frutas tropicales. La ventaja competitiva de México frente a otros proveedores es clara: cercanía logística, cadenas de distribución establecidas y la capacidad de surtir grandes volúmenes sin elevar costos.

    El jitomate mexicano, uno de los productos agrícolas más exportados hacia Estados Unidos, podría beneficiarse de inmediato si las exenciones incluyen sus distintas presentaciones. Además, el café mexicano tiene espacio para recuperar participación en un mercado dominado por Sudamérica, sobre todo si los importadores estadounidenses buscan proveedores confiables con entregas más rápidas.

    La señal enviada por Washington también abre la puerta a ajustes en contratos de exportación. Distribuidores estadounidenses ya exploran nuevos esquemas de compra ante la reducción de costos en la frontera. Aunque aún no se publican todos los detalles técnicos, funcionarios estadounidenses han insinuado que los cambios se concentrarán en productos sin producción interna relevante.

    Trump y sus asesores insisten en que el alivio arancelario no contradice su política comercial. Según Greer, el presidente considera que «se ha alcanzado un punto crítico» en el que la reforma del comercio internacional debe avanzar sin elevar costos para los ciudadanos. Aun así, persisten dudas sobre si otros bienes incluidos en la orden ejecutiva —como piezas aeronáuticas, medicamentos genéricos o minerales críticos— recibirán exenciones similares.

    Exportadores y analistas coinciden en que México debe vigilar de cerca la implementación. Un alivio arancelario tan amplio podría modificar flujos comerciales, impactar precios internos e incluso presionar a productores nacionales si la demanda estadounidense crece más rápido que la oferta. Con todo, el giro de Washington abre oportunidades en un momento en el que el comercio agrícola vive tensiones globales y los países buscan proveedores estables.

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