Un estudiante de 15 años de la secundaria David Alfaro Siqueiros fue privado de la libertad la tarde de este martes luego de que cuatro sujetos encapuchados lo interceptaron cuando salía de una tienda ubicada en la Calzada Veracruz con Ignacio Comonfort, en Chetumal. Los agresores lo subieron por la fuerza a un vehículo blanco y lo interrogaron bajo amenazas, mientras apuntaban un arma directamente hacia él. La testigo que presenció el momento alertó al número de emergencias, lo que activó un operativo de búsqueda con elementos municipales, estatales y corporaciones especializadas. El menor aseguró que los captores lo confundieron con otra persona y, tras varios minutos, decidieron liberarlo sin causarle lesiones. El caso encendió alarmas entre padres de familia y autoridades locales por la cercanía del ataque con zonas escolares.
Investigación en curso y operativo fallido
El joven relató que los sujetos exigieron información sobre su familia, pero no pudo responder debido a la crisis nerviosa provocada por las amenazas. Esa reacción llevó a los agresores a concluir que habían cometido un error. Tras liberarlo, el menor fue auxiliado por paramédicos de la UREM, quienes confirmaron que no presentaba lesiones físicas. Personal de Psicología de la Policía Municipal lo atendió para estabilizarlo emocionalmente, mientras su madre fue notificada de inmediato. Esa intervención permitió que el adolescente ofreciera detalles clave sobre lo ocurrido.
Las corporaciones estatales y municipales respondieron con un despliegue rápido. Elementos del grupo Jaguar, agentes estatales y personal de la Fiscalía General del Estado acudieron al sitio para recopilar evidencia, grabaciones de cámaras cercanas y testimonios de vecinos. A pesar del operativo, no lograron localizar el vehículo blanco ni a los responsables. Las autoridades tampoco han ofrecido una postura pública sobre los avances de la investigación.
La madre del menor lo acompañó a presentar la denuncia ante el Ministerio Público, un paso esencial para fortalecer la carpeta de investigación. Aunque el adolescente está fuera de peligro, la situación dejó inquietud en la comunidad debido a la rapidez del levantón y a la ausencia de información oficial. Padres de familia expresaron preocupación por la seguridad en zonas escolares, ya que el ataque ocurrió en un área transitada y en un horario donde muchos estudiantes aún circulan por la zona.
Preocupación social por ataques cercanos a escuelas
El caso reavivó el debate sobre el aumento de incidentes violentos cerca de zonas estudiantiles en Quintana Roo. Organizaciones locales señalaron que hechos como este exponen vulnerabilidades en los protocolos de seguridad para menores. Además, destacaron que los levantones por confusión suelen complicar las investigaciones al no existir relación entre la víctima y los atacantes. Ese enfoque obliga a las autoridades a un análisis más profundo de registros delictivos en el área y de posibles rutas de escape utilizadas por los agresores.
En las horas posteriores al incidente, vecinos pidieron mayor vigilancia preventiva, patrullajes constantes y la instalación de cámaras adicionales para reducir riesgos. Las autoridades, por ahora, mantienen hermetismo y no han confirmado si ya cuentan con líneas de investigación sólidas. Mientras tanto, el caso se suma a otros episodios recientes que han generado presión social para reforzar la seguridad en la capital del estado.
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