El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, ordenó modificar la tipografía utilizada en los documentos oficiales del Departamento de Estado al considerar que el uso de Calibri respondía a criterios “woke” asociados a políticas de diversidad e inclusión impulsadas por la administración anterior. La instrucción, difundida mediante un cable interno citado por The New York Times, busca revertir un cambio aplicado en 2023 y restablecer el uso de Times New Roman, tipografía que, según Rubio, refleja mejor el decoro, la formalidad institucional y la tradición diplomática estadounidense.
La decisión implica dejar atrás la tipografía Calibri, adoptada durante el gobierno de Joe Biden por recomendación de la oficina de diversidad e inclusión del propio departamento. En ese momento, la justificación oficial fue mejorar la accesibilidad de los textos para personas con visión reducida o dislexia. Sin embargo, para Rubio, aquella modificación no solo fue innecesaria, sino que representó un símbolo de políticas que su gestión considera ideológicas y alejadas de las funciones centrales del servicio exterior.
Un cambio simbólico con carga política
Rubio argumentó que recuperar Times New Roman permitirá restaurar “el profesionalismo en el trabajo escrito del departamento”, al considerar que Calibri resulta informal y poco compatible con el membrete oficial. En su evaluación, el cambio tipográfico promovido por el gobierno anterior no aportó beneficios tangibles y terminó por degradar la correspondencia diplomática, tanto en su forma como en su percepción pública.
El jefe de la diplomacia estadounidense también vinculó directamente la adopción de Calibri con programas de diversidad e inclusión que calificó como “radicales”. Estas políticas forman parte de los ejes que la administración de Donald Trump ha prometido desmantelar en distintas dependencias federales. En ese contexto, el ajuste tipográfico se presenta no solo como una decisión administrativa, sino como una señal política alineada con un giro más amplio en la orientación del gobierno.
Desde 2003 y durante dos décadas, Times New Roman había sido la tipografía oficial del Departamento de Estado. Su reemplazo en 2023 rompió con una práctica arraigada en la burocracia diplomática, donde la uniformidad visual es considerada parte de la identidad institucional. Para Rubio, volver a esa tipografía equivale a recuperar una norma que, a su juicio, nunca debió modificarse.
Accesibilidad frente a tradición institucional
La adopción de Calibri se sustentó en criterios técnicos. Al tratarse de una tipografía sin serifa, se considera más legible para personas con dificultades visuales o de lectura, ya que prescinde de los remates en los extremos de las letras que caracterizan a fuentes como Times New Roman. Especialistas en diseño y accesibilidad suelen señalar que este tipo de fuentes facilita la lectura en pantallas y documentos digitales.
No obstante, Rubio desestimó ese argumento y sostuvo que la accesibilidad no justificaba alterar la imagen formal del Departamento de Estado. En su valoración, el cambio no resolvió problemas reales y respondió más a una agenda política que a necesidades funcionales del personal o de los destinatarios de la correspondencia oficial.
Hasta ahora, el Departamento de Estado no ha detallado cómo se implementará el retorno a Times New Roman ni si habrá excepciones en documentos dirigidos a públicos específicos. Tampoco se ha informado si se revisarán otras políticas internas adoptadas bajo el mismo enfoque de diversidad e inclusión.
El debate, aunque centrado en una tipografía, refleja una disputa más amplia sobre el rumbo de la administración pública estadounidense, donde decisiones aparentemente menores se convierten en marcadores ideológicos. En este caso, la elección de una fuente tipográfica se transformó en un mensaje político sobre qué valores deben prevalecer en la diplomacia de Estados Unidos.
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