El pulque, esa bebida ancestral que alguna vez fue llamada “la bebida de los dioses”, está viviendo un renacimiento que pocos esperaban. Este fermentado de aguamiel, extraído con paciencia y maestría del maguey, ha logrado mantenerse vivo desde tiempos prehispánicos, adaptándose a los cambios culturales y sociales de México. Hoy, más que un simple trago, es una experiencia que conecta a los mexicanos con sus raíces y encanta a quienes buscan un pedacito de historia en un vaso.
Una tradición que viene de los antiguos mexicanos
¿Sabías que el pulque tiene más de mil años de historia? Su origen se remonta a las grandes civilizaciones mesoamericanas como los mexicas y los toltecas, que lo consideraban un regalo sagrado. Según la leyenda, Mayahuel, la diosa del maguey, ofreció el aguamiel a los humanos, quienes pronto descubrieron cómo fermentarlo para dar origen al pulque.
En aquellos tiempos, esta bebida no era para cualquiera. Solo los sacerdotes, guerreros y ancianos podían disfrutarla en rituales especiales. Se trataba de un líquido divino, reservado para momentos significativos.
El proceso para obtener pulque es tan fascinante como su historia. Todo comienza con el maguey, una planta que debe madurar durante años antes de que su corazón, llamado “piña”, pueda ser raspado para extraer el aguamiel. Este líquido, al fermentarse, se transforma en pulque, una bebida espesa y ligeramente ácida que conserva todo su carácter natural.
De estrella a olvidado… y de vuelta
Durante siglos, el pulque fue el protagonista de la mesa mexicana, especialmente en los siglos XVIII y XIX, cuando su popularidad estaba en su máximo esplendor. Pulquerías abarrotadas, risas y música eran parte del paisaje cotidiano, sobre todo en la Ciudad de México. Sin embargo, el siglo XX trajo consigo la industrialización de otras bebidas, como la cerveza, que prácticamente arrasaron con esta tradición.
Pero el pulque no se rindió. Desde hace unos años, ha comenzado a brillar de nuevo. Jóvenes, turistas y hasta expertos gastronómicos están redescubriendo su magia. Pulquerías tradicionales, como «Las Duelistas» o «La Hija de los Apaches», han renovado su esencia, mientras que lugares más modernos lo presentan con un toque innovador.
Salud en cada sorbo
Además de su sabor único, el pulque es bueno para el cuerpo. ¿Sabías que está lleno de probióticos que ayudan a la digestión? También contiene vitaminas y minerales que lo convierten en una bebida funcional, perfecta para recargar energía de manera natural.
Y si el sabor original te resulta muy fuerte, los curados, que combinan pulque con frutas o sabores como avena, fresa o piñón, son una delicia que no puedes perderte.
Dónde probarlo y disfrutarlo
Si quieres sumergirte en la experiencia del pulque, no tienes que buscar demasiado. En estados como Tlaxcala, Hidalgo y Puebla, encontrarás pulquerías donde se mantiene viva esta tradición. En la Ciudad de México, lugares como «Las Duelistas» te ofrecen un vistazo al pasado mientras disfrutas de un vaso lleno de historia.
Más que una bebida, un legado
El pulque no es solo una bebida, es una conexión con nuestras raíces, una tradición que nos recuerda de dónde venimos y la riqueza de nuestra cultura. Hoy, más que nunca, el pulque está de vuelta para quedarse, demostrando que lo auténtico nunca pasa de moda.




