En una cálida noche de verano de 2023, el investigador Kei Jokura irrumpió en el laboratorio del Instituto Oceanográfico Woods Hole en Massachusetts con un descubrimiento inusual: una masa gelatinosa en un vaso de precipitados que parecía ser la unión de dos medusas peine. Lo que comenzó como una simple curiosidad científica terminó convirtiéndose en un hallazgo revolucionario que desafía los conceptos fundamentales de la biología y plantea preguntas filosóficas sobre la identidad y la adaptación de los seres vivos.
Medusas peine: testigos de la evolución temprana
Las medusas peine pertenecen al filo Ctenophora, un grupo de organismos marinos conocido por sus cilios en forma de peine que utilizan para desplazarse en el agua. A diferencia de las medusas comunes, no poseen mecanismos de picadura y no están filogenéticamente relacionadas con ellas.
Estos animales destacan no solo por su apariencia y comportamiento, sino también por su posición en el árbol de la vida. Según los biólogos, los ctenóforos son de los primeros animales que evolucionaron en la historia de la vida en la Tierra. Su estudio ofrece una ventana única para comprender sistemas nerviosos simples y mecanismos de supervivencia adaptativos.
“Los ctenóforos nos permiten explorar aspectos fundamentales de la biología evolutiva y el funcionamiento nervioso”, explica Mariana Rodriguez-Santiago, coautora del estudio y postdoctora en la Universidad Estatal de Colorado.
La sorprendente capacidad de fusión
El hallazgo central del estudio radica en la capacidad de las medusas peine para fusionarse completamente, integrando no solo sus cuerpos, sino también sus sistemas nerviosos y digestivos. En experimentos realizados por Jokura y Rodriguez-Santiago, se hicieron pequeñas incisiones en los cuerpos de las medusas para facilitar su unión. El resultado fue asombroso: en el 90% de los casos, los pares de medusas se fusionaron exitosamente.
En menos de dos horas, los movimientos musculares de ambos organismos se sincronizaron, y su sistema digestivo comenzó a funcionar como uno solo. Los investigadores comprobaron esta integración al alimentar a una de las medusas con camarones fluorescentes, observando cómo el alimento pasaba por los canales digestivos compartidos y se expulsaba como desecho por el otro organismo.
“El movimiento rítmico se unificó tan rápido que nos tomó por sorpresa”, comentó Jokura, autor principal del estudio publicado en Current Biology.
Un organismo sin alorreconocimiento
El estudio también reveló que las medusas peine carecen del mecanismo de alorreconocimiento, que en otros organismos evita la fusión de tejidos genéticamente distintos. En los seres humanos, por ejemplo, este mecanismo es responsable del rechazo de órganos trasplantados. Sin embargo, en las medusas peine, la ausencia de este sistema parece ser una ventaja evolutiva, permitiéndoles fusionarse para formar organismos más grandes y funcionales.
“Es fascinante cómo estos animales superan las barreras biológicas tradicionales, adaptándose de maneras completamente inesperadas”, destacó Rodriguez-Santiago.
Implicaciones biológicas y filosóficas
El fenómeno de la fusión en las medusas peine no solo desafía los conceptos biológicos tradicionales, sino que también abre puertas a reflexiones filosóficas. ¿Qué significa ser un individuo en términos biológicos? ¿Cómo se integra la identidad de dos organismos en uno solo? Jokura planteó que estas fusiones podrían implicar una “unión de pensamientos” al integrarse las redes neuronales de ambos organismos.
Además, este descubrimiento podría tener aplicaciones prácticas en campos como la bioingeniería, la regeneración de tejidos y el estudio de sistemas nerviosos simples.
Una ventana al pasado y al futuro de la biología
Las medusas peine, testigos vivientes de la evolución temprana, ofrecen un modelo para estudiar los límites de la individualidad, la adaptación y los sistemas nerviosos primitivos. Su capacidad de fusionarse no solo reescribe lo que sabemos sobre la biología marina, sino que también invita a explorar nuevos horizontes en la ciencia y la filosofía.
“La fusión de medusas peine nos recuerda que la biología siempre tiene sorpresas guardadas, incluso en los organismos más simples”, concluyó Jokura. Este descubrimiento marca un hito en nuestra comprensión de la vida y abre caminos para futuras investigaciones.
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