Un nuevo estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha revelado que el cambio climático está alterando el entorno espacial cercano a la Tierra, lo que podría poner en peligro la sostenibilidad de los satélites en las próximas décadas. Según los hallazgos, el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero está provocando la contracción de la termosfera, una capa atmosférica crucial para la eliminación natural de desechos espaciales.
La investigación, publicada en Nature Sustainability, advierte que, de continuar con las emisiones actuales, la capacidad de la órbita terrestre para alojar satélites podría reducirse entre un 50% y un 66% para el año 2100, lo que incrementaría el riesgo de colisiones y la acumulación de basura espacial.
La termosfera y su papel en la limpieza orbital
La termosfera, donde orbitan la Estación Espacial Internacional y la mayoría de los satélites de telecomunicaciones y navegación, desempeña un papel clave en la regulación de objetos en órbita. Actualmente, cuando los satélites dejan de operar, la resistencia atmosférica los empuja a altitudes más bajas, donde terminan desintegrándose en la atmósfera. Sin embargo, con el adelgazamiento de esta capa debido al cambio climático, la resistencia disminuirá, prolongando la vida útil de los desechos espaciales y aumentando el riesgo de colisiones.
«El cielo literalmente se está cayendo, solo que a un ritmo que se extiende a lo largo de décadas», explicó William Parker, investigador del MIT y autor principal del estudio.
Las simulaciones realizadas por el equipo del MIT muestran que si las emisiones de carbono continúan en su trayectoria actual, se reducirá la capacidad de la órbita baja para albergar satélites de manera segura, lo que llevaría a una cascada de colisiones que podría hacer inoperables ciertas regiones del espacio.
La creciente crisis de los desechos espaciales
Actualmente, hay más de 10,000 satélites en órbita, brindando servicios esenciales como telecomunicaciones, GPS y pronósticos meteorológicos. Sin embargo, en los últimos años, la proliferación de megaconstelaciones como Starlink de SpaceX ha aumentado la cantidad de satélites en la órbita baja terrestre de manera exponencial.
«En los últimos cinco años se han lanzado más satélites que en los 60 años anteriores juntos», señaló Parker.
Si la termosfera sigue adelgazándose, los desechos espaciales permanecerán en órbita durante décadas o incluso siglos, aumentando el riesgo de colisiones y generando más escombros en un fenómeno conocido como síndrome de Kessler, en el que un choque en el espacio desencadena una reacción en cadena de impactos.
Un futuro incierto para los satélites
Los investigadores del MIT realizaron proyecciones basadas en distintos escenarios de emisiones de gases de efecto invernadero, incluyendo un caso hipotético donde los niveles de contaminación se mantienen en los valores del año 2000. Las conclusiones son alarmantes: en los escenarios con emisiones elevadas, la densidad de satélites operativos en la órbita baja terrestre podría caer hasta dos tercios para finales de siglo.
En particular, los científicos advierten que la región de 200 a 1,000 kilómetros de altitud será la más afectada, dado que es la zona más utilizada para satélites de comunicación y observación terrestre.
«Dependemos de la atmósfera para limpiar nuestros desechos. Si la atmósfera cambia, el entorno orbital también cambiará», subrayó Parker.
El cambio climático, un desafío también en el espacio
Los hallazgos del MIT demuestran que el cambio climático no solo afecta la Tierra, sino también el entorno orbital, con consecuencias directas en la seguridad y sostenibilidad del espacio.
Para evitar que la órbita terrestre se convierta en un campo minado de basura espacial, los científicos recomiendan medidas urgentes como la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, el desarrollo de tecnologías de limpieza orbital y la implementación de regulaciones más estrictas para gestionar el tráfico satelital.
El estudio deja en claro que el problema de los desechos espaciales no es solo una cuestión tecnológica, sino también ambiental, y que la acción climática en la Tierra será determinante para la sostenibilidad del espacio exterior en el futuro.
También te puede interesar: Aumento del 99% en la presencia de la mariposa Monarca en México durante el invierno 2024-2025




