La FIFA y la UEFA analizan la posibilidad de suspender a todos los equipos de Israel de sus competiciones oficiales, incluyendo el Mundial, la Champions League y la Eurocopa, como represalia por la ofensiva militar israelí en la Franja de Gaza. Expertos independientes de la ONU y organizaciones de derechos humanos califican la operación como un genocidio y exigen a los organismos deportivos actuar en consecuencia, sin sancionar a los futbolistas individualmente.
Exigencias internacionales y antecedentes
El martes, los relatores especiales y miembros del Grupo de Trabajo de Empresas y Derechos Humanos de la ONU instaron a FIFA y UEFA a suspender a las selecciones y clubes israelíes. “Las instancias deportivas no deben cerrar los ojos ante las graves violaciones de los derechos humanos”, indicaron en un comunicado. Recordaron casos anteriores, como la suspensión de Rusia tras la invasión a Ucrania, para justificar que el boicot a un Estado es una herramienta legítima de presión internacional.
El exfutbolista francés Éric Cantona criticó lo que considera una “doble vara” de los organismos deportivos. Señaló que 716 días después del inicio de la ofensiva israelí, los equipos de este país aún participan en competiciones internacionales, mientras que Rusia fue suspendida casi de inmediato. Cantona pidió que los clubes rechacen jugar contra equipos israelíes hasta que cese la violencia.
Por su parte, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, respaldó esta postura tras los incidentes en la Vuelta a España, donde las protestas propalestinas provocaron la cancelación de la final. Sánchez instó a excluir a Israel de competiciones deportivas mientras continúe la violencia en Gaza.
Reacciones y consideraciones de los organismos deportivos
Hasta el momento, la UEFA ha evitado comentarios públicos, mientras que la FIFA optó por no emitir reacción inmediata. Según fuentes citadas por El País, la UEFA es la instancia que ha promovido más activamente la posible expulsión de los equipos israelíes, considerando aplicar sanciones de manera conjunta, siguiendo precedentes como el caso de Rusia.
Los expertos independientes insisten en que el boicot debe centrarse en el Estado y no en los jugadores, evitando medidas que los afecten por su nacionalidad. La ONU ha documentado que desde octubre de 2023, la ofensiva israelí ha causado la muerte de más de 65,000 palestinos, en su mayoría civiles, y que los ataques iniciales de Hamás provocaron 1,219 fallecidos, también principalmente civiles.
Estas recomendaciones coinciden con un creciente rechazo internacional hacia la ofensiva en Gaza, sumado a protestas de aficionados y organizaciones civiles que exigen medidas deportivas como herramienta de presión política. La decisión final sobre la suspensión de Israel podría marcar un precedente histórico en la relación entre deporte y derechos humanos a nivel mundial.
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