El piloto argentino Franco Colapinto completó este domingo su regreso a la Fórmula 1 con una actuación sólida y aprobada en el Gran Premio de Emilia Romaña, donde finalizó en el 16º puesto al mando del Alpine A525, en el tradicional Autódromo Enzo e Dino Ferrari de Imola.
En su décimo Gran Premio en la F1 —tras nueve presentaciones previas con Williams— Colapinto debutó oficialmente con Alpine, escudería con la que tiene contrato confirmado para las próximas cuatro carreras. El joven bonaerense, de 21 años, logró completar la competencia, principal objetivo que le fijó el equipo, tras un complicado sábado marcado por un accidente en la clasificación.
Una carrera de recuperación y constancia
Largando desde el 16º puesto y con neumáticos medios, Colapinto perdió inicialmente dos posiciones, pero las recuperó progresivamente. A lo largo de la competencia se mostró competitivo, especialmente durante el primer stint, cuando llegó a ubicarse 8º gracias a una buena administración de las gomas y las estrategias de parada en boxes de otros corredores.
Sin embargo, al colocar neumáticos duros en la vuelta 23, el ritmo del argentino decayó temporalmente. Su rendimiento se vio afectado por la dificultad para calentar las gomas y el desgaste prematuro, lo que permitió que su compañero Pierre Gasly lo superara en la vuelta 45. A pesar de esto, el argentino obedeció las órdenes de equipo con profesionalismo, en presencia del asesor ejecutivo Flavio Briatore, quien lo respaldó públicamente tras el accidente del sábado.
Una segunda parada en boxes durante un safety car provocado por el abandono de Andrea Kimi Antonelli (Mercedes) le permitió cambiar nuevamente a neumáticos duros y regresar a pista en el puesto 16, donde finalmente culminó la carrera, por delante de varios rivales directos.
Un dato significativo: su mejor vuelta rápida en carrera fue de 1:20.345, superior incluso a la de su compañero Gasly (1:20.398), lo que demuestra el potencial de Colapinto a pesar de la falta de kilometraje con el monoplaza.
Fortaleza mental y respaldo clave
Colapinto mostró temple mental para reponerse del accidente del sábado, gracias también al trabajo junto a su psicólogo deportivo Gustavo Ruiz, quien lo acompaña desde 2013. Según su entorno, las videollamadas previas a la carrera fueron fundamentales para que Franco llegara enfocado y confiado al circuito.
Acompañado por su padre Aníbal, sus representantes María Catarineu y Jamie Campbell-Walter, y el presidente del Automóvil Club Argentino (ACA), César Carman, Colapinto recibió un fuerte respaldo institucional. Carman destacó el sacrificio del piloto: “Franco ya es un gigante. Representa a esa estirpe de pilotos argentinos que llegaron a la cima enfrentando obstáculos y privaciones. Merece su lugar entre los grandes”.
La competencia en Imola fue la primera de tres carreras consecutivas que disputará Colapinto en esta etapa de regreso como piloto titular. El próximo desafío será el Gran Premio de Mónaco, uno de los clásicos del calendario de la F1, donde buscará seguir sumando experiencia y consolidarse dentro del equipo Alpine.
Por el momento, su desempeño deja buenas sensaciones y alimenta la esperanza de que este sea el primer paso hacia una temporada completa en la categoría reina del automovilismo mundial.
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