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    Romain Grosjean vuelve a la Fórmula 1: Un regreso emotivo en Mugello

    Romain Grosjean, el piloto franco-suizo que sobrevivió a un dramático accidente en el Gran Premio de Bahréin 2020, regresó al volante de un Fórmula 1 en una sesión de pruebas organizada por el equipo Haas en el circuito de Mugello. Este emotivo reencuentro, cargado de simbolismo, marcó la primera vez que Grosjean condujo un monoplaza de la máxima categoría desde aquel impactante choque que puso en riesgo su vida. Acompañado por empleados, familiares y excompañeros de Haas, el piloto completó la prueba con un casco diseñado por sus hijos, originalmente creado para su última carrera en 2020.

    El evento en Mugello fue más que una prueba técnica; fue una celebración del espíritu de superación. Haas F1 Team invitó a su personal de la oficina italiana y sus familias para compartir este momento especial.

    Grosjean pilotó el VF-23, un modelo usado anteriormente por Nico Hülkenberg y Kevin Magnussen, bajo el programa de Test de Coches Anteriores (TCP).

    El abrazo entre Grosjean y Ayao Komatsu, jefe de Haas y su exingeniero, fue uno de los instantes más destacados. “El equipo detrás de la realización del sueño”, escribió Fórmula 1 en sus redes, acompañando una fotografía de ambos sonriendo. Este regreso no solo representó un hito personal para Grosjean, sino también un reconocimiento al apoyo de su equipo durante su recuperación.

    Un accidente que marcó historia

    El 29 de noviembre de 2020, el mundo del automovilismo contuvo el aliento. En la primera vuelta del Gran Premio de Bahréin, el Haas de Grosjean colisionó con el monoplaza de Daniil Kvyat y se estrelló a 220 km/h contra las barreras. El impacto, que alcanzó los 56G, partió el coche y provocó una explosión al romperse el tanque de combustible. Durante dos minutos y 45 segundos, el circuito quedó en silencio hasta que Grosjean emergió de las llamas. “Quería caminar hacia la ambulancia para mostrarle a mi familia que estaba bien”, relató el piloto.

    El dispositivo de seguridad halo y la rápida intervención del equipo médico, liderado por Ian Roberts, fueron clave para su supervivencia. “Lo vi entre las llamas, y su determinación por salir fue increíble”, comentó Roberts. Marion Jolles, esposa de Grosjean, describió esos momentos como una eternidad: “Pensé que lo había perdido”. Las quemaduras en manos y pies fueron las principales secuelas, pero Grosjean se recuperó y decidió no competir en las últimas carreras de 2020.

    Reconstruyendo una carrera

    Tras el accidente, Grosjean encontró un nuevo hogar en la IndyCar, donde compite desde 2021. En 2024, asumió el rol de piloto reserva en Prema Racing. Aunque un test con Mercedes planeado para 2021 no se concretó debido a restricciones por la pandemia, su regreso a un Fórmula 1 con Haas cumplió un sueño pospuesto. “Volver con mi antiguo equipo es algo muy especial”, expresó Grosjean antes de la prueba.

    La jornada en Mugello no solo celebró su resiliencia, sino también los avances en seguridad de la Fórmula 1. La FIA destacó que la celda de supervivencia del Haas resistió el impacto, salvando la vida del piloto. Este evento, respaldado por datos y el apoyo de su equipo, reafirma la importancia de la tecnología y el trabajo colectivo en el automovilismo moderno.

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