Grupo Aeroméxico anunció oficialmente su retorno a los mercados bursátiles con una ambiciosa meta: recaudar hasta 314 millones de dólares en una oferta pública inicial (OPI) y colocación privada. La aerolínea, que salió de la bancarrota hace poco más de tres años, busca consolidar su recuperación cotizando simultáneamente en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y en la Bolsa de Nueva York (NYSE).
El plan marca una nueva etapa para la principal aerolínea del país, que intenta recuperar la confianza de los inversionistas tras los efectos de la pandemia y la volatilidad generada por las elecciones de 2024 en México.
Una apuesta doble: México y EE. UU.
De acuerdo con documentos presentados ante las autoridades financieras, Aeroméxico ofrecerá American Depositary Receipts (ADR) con un rango de entre 18 y 20 dólares por unidad, cada uno equivalente a diez acciones ordinarias. En total, se pondrán a disposición del público inversionista 73.94 millones de acciones ordinarias, mientras que los accionistas vendedores liberarán otras 43.3 millones.
La compañía venderá directamente siete millones de acciones en la oferta mexicana, y los accionistas vendedores, entre ellos Eduardo Tricio Haro y Valentín Diez Morodo —miembros del consejo de administración—, ofrecerán 20.46 millones más. Ambos aparecen como participantes destacados en el prospecto presentado a la BMV a principios de mes.
Además, PAR Investment Partners LP acordó participar en una colocación privada de 25 millones de dólares, con un descuento del 5 % respecto al precio de la OPI. Delta Air Lines, que posee el 20 % de las acciones de Aeroméxico, mantendrá su participación bajo un acuerdo de bloqueo que se extenderá hasta el cuarto aniversario del prospecto.
A su precio máximo estimado, la operación daría a Aeroméxico un valor de mercado superior a los 2 900 millones de dólares, cifra que la posicionaría nuevamente entre las aerolíneas más sólidas de América Latina.
La turbulencia previa al despegue bursátil
El regreso de Aeroméxico a los mercados no ha sido sencillo. Aunque el plan original contemplaba una OPI en 2024, las condiciones de volatilidad financiera y la incertidumbre política posterior a las elecciones retrasaron la operación. En mayo del año pasado, la compañía incluso evaluó lanzar su oferta únicamente en Nueva York, con la intención de recaudar hasta 500 millones de dólares, pero esa opción se pospuso.
Ahora, con los mercados mexicanos mostrando signos de recuperación, la aerolínea decidió apostar por una estrategia dual, en México y EE. UU. La medida busca atraer tanto capital nacional como internacional y reforzar la presencia de la marca en ambos frentes.
El optimismo llega también con un contexto más favorable: la BMV experimentó en los últimos meses una reactivación que no se veía desde 2018. En julio, Fibra Next protagonizó la mayor oferta pública inicial en siete años. Y en septiembre, Grupo Nutrisa se incorporó a la bolsa mexicana tras escindirse de Grupo Herdez, señalando un renovado interés de las empresas mexicanas por el mercado de capitales.
El director general de la Bolsa Mexicana de Valores, Jorge Alegría Formoso, aseguró en septiembre que espera ver “más compañías mexicanas cotizando simultáneamente en Estados Unidos”, una tendencia que Aeroméxico parece encabezar.
Para el gobierno mexicano, el movimiento de la aerolínea es una señal de confianza en la economía. La presidenta Claudia Sheinbaum aseguró recientemente que el “truene” parcial entre Delta y Aeroméxico “no tendrá gran impacto económico” y destacó que “el país mantiene condiciones estables para la inversión y el crecimiento”.
Con esta nueva oferta global, Aeroméxico busca reafirmar que ha dejado atrás su etapa de turbulencia y que su modelo financiero está listo para volar más alto.
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