La Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero) pidió a Claudia Sheinbaum que, si Donald Trump impone aranceles al acero y aluminio mexicanos, el gobierno responda con tarifas de represalia.
El pasado domingo 9 de marzo, Howard Lutnick, secretario de Comercio de Estados Unidos, confirmó que la administración de Trump no suspenderá los aranceles del 25% sobre las importaciones de acero y aluminio de México y Canadá.
Las tarifas, ordenadas por Trump, entrarán en vigor el miércoles 12 de marzo. Afectarán tanto a las materias primas como a los productos metálicos terminados. México y Canadá están entre los principales proveedores de acero y aluminio para Estados Unidos.
Justificación de la medida
Funcionarios del gobierno estadounidense explicaron que esta política busca frenar prácticas comerciales de terceros países, como China y Rusia. Se sospecha que estos usan a México como vía para introducir aluminio en Estados Unidos. Sin embargo, la estrategia comercial de Trump ha tenido constantes ajustes, reversiones y retrasos que han generado incertidumbre en los mercados financieros.
Aranceles vinculados al combate al fentanilo
La semana pasada, Trump impuso aranceles a las importaciones de México y Canadá, pero luego los pospuso. Primero, otorgó una prórroga de un mes a la industria automotriz y después amplió la medida a todos los productos cubiertos por el T-MEC. Este respiro durará hasta el 2 de abril. Ese día, la administración planea anunciar aranceles recíprocos a varios países y tarifas específicas para distintos sectores.
Lutnick explicó que Trump usa estos aranceles como presión para que México, Canadá y China refuercen el combate a la inmigración indocumentada y al tráfico de drogas ilegales.
«Si se logra detener el tráfico de fentanilo, es probable que esos aranceles sean eliminados. Pero si el presidente no está seguro de que el problema ha sido resuelto, las tarifas seguirán hasta que se sienta cómodo con la situación», afirmó Lutnick.
También te puede interesar: La entrega de 29 narcos a Estados Unidos: un nuevo giro en la estrategia de seguridad de México




