Petróleos Mexicanos (Pemex) se enfrenta a un nuevo obstáculo que podría comprometer su operación futura: aseguradoras internacionales están dejando de ofrecerle cobertura por considerarla una compañía incompatible con los criterios de sostenibilidad climática. Swiss Re, una de las mayores reaseguradoras del mundo, ha sido clara: ya no apoyará a empresas responsables de al menos el 10% de las emisiones globales de dióxido de carbono.
«Simplemente ya no apoyamos con nuestra capacidad de reaseguro a las compañías que producen el 10 por ciento del inventario mundial de dióxido de carbono», declaró Francisco Díaz, responsable de reaseguro para México y Centroamérica de Swiss Re, durante un foro sobre adaptación climática. La compañía señaló que su negativa incluye nuevos proyectos de plataformas petroleras y la construcción de ductos.
Este rechazo se extiende incluso a proyectos tradicionalmente vistos como «verdes», como las hidroeléctricas, si no cumplen con los estudios de impacto ambiental adecuados. «Instalar nueva capacidad tiene mucho impacto en comunidades y aporta una huella de carbono considerable», afirmó Díaz.
El mensaje es claro: las petroleras deben adaptarse o asumir los riesgos operativos sin respaldo financiero. Las aseguradoras están alineando sus modelos de negocio con compromisos de descarbonización global y, según René Ríos, consultor en riesgos climáticos, esto debería ser una señal contundente para empresas como Pemex. «Son grandes mensajes que mandan algunos actores de la industria para empujar a otros a avanzar en sus planes de transición energética», subrayó.
Adaptarse o arriesgarse
Las consecuencias podrían ser graves. Actualmente, Pemex asegura sus activos clave: refinerías, ductos, plataformas, plantas de procesamiento y almacenamiento, con el objetivo de cubrir riesgos como daños físicos, sabotajes y actos terroristas. Según el reporte 20-F entregado por Pemex a la Bolsa de Valores de EE. UU., las coberturas alcanzan hasta mil 900 millones de dólares para propiedades marinas y mil 800 millones para propiedades terrestres, incluidos los activos en Deer Park.
A esto se suman seguros por mil millones para operaciones navales, 500 millones para ataques terroristas tanto en tierra como en alta mar, y hasta 300 millones de dólares para contingencias de pozos marinos. Sin embargo, la mayor parte de estas pólizas son reaseguradas por Kot Insurance Company, una filial de Pemex. Esta firma, a su vez, reasegura más del 80% de sus contratos con compañías externas no afiliadas. Si esas reaseguradoras deciden cerrar la puerta como Swiss Re, la estabilidad financiera de Pemex estará en juego.
La petrolera mexicana, fuertemente endeudada y con un modelo basado en combustibles fósiles, ahora debe decidir si adapta su estrategia a las exigencias ambientales del siglo XXI o se arriesga a quedar excluida de los mercados globales de aseguramiento. El tiempo para tomar esa decisión se está agotando.
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