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    Campesinos de Chiapas denuncian abandono y precios de miseria para el maíz y el sorgo

    El testimonio de un agricultor chiapaneco de 70 años expone el descontento del sector rural ante los bajos precios del maíz y el sorgo, la falta de apoyos y el incremento en los costos del diésel. Las protestas en distintas regiones del estado reflejan una crisis que no solo afecta a los productores, sino a la estabilidad alimentaria del país.

    Desesperación en el campo chiapaneco

    “Un precio de miseria de $4.25 por el sorgo y $5.50 por el maíz no nos deja ni para seguir trabajando”, reclamó un productor chiapaneco durante una manifestación reciente. Su voz, quebrada por los años de esfuerzo, se ha vuelto símbolo del hartazgo de miles de campesinos que aseguran estar “totalmente abandonados”.

    Las protestas se han extendido en comunidades rurales de Chiapas, donde los productores exigen precios de garantía justos y mayor intervención del gobierno federal para frenar la importación de granos. Según testimonios recopilados en las movilizaciones, los campesinos afirman que “el gobierno está comprando grano extranjero para bajar el precio del nuestro”, lo que agrava la crisis en el sector.

    El productor —con más de siete décadas de vida en el campo— lamentó que las promesas de apoyo “para devolverle al pueblo lo que es del pueblo” no se cumplan. “Disculpenme, lo dice alguien que conoce el campo y lo trabaja. No tenemos seguro, no tenemos ninguna restauración en el campo. Estamos totalmente abandonados”, expresó.

    Los costos ahogan al campo

    Uno de los puntos más críticos señalados por los manifestantes es el aumento en los insumos agrícolas. El testimonio compara la falta de respuesta oficial con la rapidez para subir los precios del combustible: “Ellos subieron $7 al litro de diésel y nosotros estamos pidiendo solo $2 por kilo, y se les hace caro. Están como en el salón: puro para acá y nada para allá”.

    Especialistas en economía rural advierten que la brecha entre los costos de producción y los precios de compra podría tener efectos graves. El alza del diésel y la falta de subsidios encarecen la producción, mientras los intermediarios pagan precios que apenas cubren los gastos básicos. Esto amenaza con disminuir la rentabilidad del cultivo de maíz y sorgo, dos pilares de la dieta y economía mexicana.

    Un problema estructural sin respuesta

    El caso de Chiapas no es aislado. Organizaciones campesinas han denunciado una política agrícola insuficiente y una falta de coordinación entre autoridades federales y estatales. Los productores exigen que se restablezcan los precios de garantía y se fortalezcan los mecanismos de compra pública a precios justos, además de créditos accesibles y seguros agrícolas reales.

    “Si no nos resuelven este problema, aquí vamos a estar el tiempo que sea necesario”, advirtió el agricultor chiapaneco, decidido a mantenerse en la protesta hasta obtener una respuesta concreta.

    La exigencia es clara: políticas que protejan la producción nacional, frenen la dependencia de importaciones y garanticen que quienes trabajan la tierra puedan vivir dignamente de ella.

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