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    China seduce a América Latina con visas y créditos para debilitar a Trump

    Con la promesa de más comercio, inversión y cooperación, China se lanza de lleno a América Latina y el Caribe para reforzar su presencia y contrarrestar la ofensiva arancelaria del presidente Donald Trump. El presidente Xi Jinping anunció una serie de medidas durante el Foro China-CELAC en Pekín, entre ellas, una línea de crédito de 66 mil millones de yuanes (9,200 millones de dólares) y acuerdos de exención de visa para cinco países no especificados.

    Xi busca posicionar a China como un socio más estable que Estados Unidos. Aunque evitó mencionar directamente a Washington, lanzó un claro mensaje contra el unilateralismo y el hegemonismo, afirmando que “las guerras comerciales no tienen ganadores”.

    El presidente chino también prometió importar más productos de la región y fomentar la inversión china. Aunque no abordó las críticas sobre la sobrecapacidad industrial, sí reafirmó su interés en el desarrollo de América Latina. China ha incrementado su participación en proyectos clave de infraestructura, como el metro de Bogotá y el puerto de Chancay en Perú, y ha firmado tratados de libre comercio con Chile, Perú, Costa Rica y Nicaragua.

    Pekín refuerza su influencia en el vecindario de EE. UU.

    Mientras Trump intenta recuperar terreno con aranceles y advertencias, China amplía sus inversiones. Empresas chinas anunciaron esta semana 27 mil millones de reales (4,700 millones de dólares) en Brasil, incluyendo fábricas de semiconductores y la entrada de cadenas como Mixue y la app Keeta.

    Desde la perspectiva de analistas como Eric Olander, de China-Global South Project, los países latinoamericanos enfrentan una presión significativa por parte de Estados Unidos. Sin embargo, reconocen que estrechar lazos con China es vital. “Saben que eso provocará una reacción de Washington, pero EE. UU. no está ofreciendo alternativas reales”, dijo.

    Pese a la tregua comercial de 90 días entre China y EE. UU., Trump mantiene una línea dura. Su administración ha redoblado esfuerzos para bloquear el avance chino, como cuando el secretario de Defensa, Pete Hegseth, se comprometió a frenar su influencia en el Canal de Panamá, y el secretario del Tesoro, Scott Bessent, urgió a Argentina a alejarse de los préstamos chinos.

    Aun así, el comercio entre China y América Latina superó los 500 mil millones de dólares en 2024, multiplicándose por 40 desde el año 2000. Más de una docena de países ya se han adherido a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de Pekín.

    Durante el foro, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva remató con un mensaje directo: “No dependemos de Xi Jinping. No dependemos de Estados Unidos ni de Europa. Solo depende de si queremos ser grandes o seguir siendo pequeños”.

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