La presidencia de Claudia Sheinbaum informó el jueves que México revisa cuidadosamente las 50 barreras comerciales y no comerciales señaladas por Estados Unidos, de cara a la próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Estas barreras, que no necesariamente constituyen violaciones al tratado, abarcan desde obstáculos aduaneros hasta restricciones en sectores estratégicos como energía, telecomunicaciones y propiedad intelectual.
La revisión de cada punto busca garantizar un acceso equitativo al mercado y reducir posibles fricciones comerciales entre ambos países, considerando tanto los planteamientos estadounidenses como los temas que México ha identificado como áreas de mejora.
Tras la reunión del pasado miércoles 3 de septiembre entre Sheinbaum y el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, se indicó que el análisis del gobierno mexicano será coordinado por el secretario de Economía, Marcelo Ebrard.
Aranceles al jitomate no están vinculados al T-MEC
Sheinbaum aclaró que algunas barreras planteadas por Estados Unidos no son consideradas obstáculos bajo la legislación mexicana, y que México también ha propuesto otros puntos que podrían clasificarse como barreras, como el caso de los aranceles al jitomate, que no están directamente vinculados al T-MEC.
Rubio enfatizó la importancia de resolver estos temas para fortalecer el comercio bilateral. Las barreras fueron publicadas por la Oficina del Representante Comercial de EE. UU. (USTR) en su Informe de Estimación Nacional de Comercio 2025.
Entre ellas se encuentran barreras aduaneras, retrasos regulatorios en dispositivos médicos y productos farmacéuticos, limitaciones en pruebas para telecomunicaciones, restricciones a pesticidas y productos químicos agrícolas, y obstáculos en propiedad intelectual, servicios financieros, energía y minería.
Principales obstáculos señalados
En el área aduanera, Estados Unidos critica la falta de notificación anticipada de cambios regulatorios, aplicación desigual de reglas de etiquetado y restricciones a determinados puertos, lo que complica la logística y el comercio electrónico.
También se señalan barreras técnicas y sanitarias, incluyendo retrasos en registros de COFEPRIS para dispositivos médicos y productos farmacéuticos, así como limitaciones en la importación de glifosato y maíz transgénico, aunque México ha ajustado normativas tras consultas y paneles del T-MEC.
En propiedad intelectual, se destaca la piratería en línea y en mercados físicos, junto con retrasos en la protección de patentes y marcas. En servicios, EE. UU. observa barreras en pagos electrónicos, seguros y telecomunicaciones, señalando la necesidad de un marco competitivo y regulado que permita la participación plena de proveedores estadounidenses.
Restricciones en sectores estratégicos
En cuanto a inversión, se han identificado restricciones en sectores estratégicos: energético, donde predomina PEMEX y la CFE; minero, con control estatal del litio; y otros sectores cerrados o limitados a capital extranjero bajo la Ley de Inversión Extranjera. Estas medidas han generado consultas y supervisión constante por parte de Estados Unidos para asegurar el cumplimiento del T-MEC y la apertura de mercado.
La revisión que realiza México busca armonizar la aplicación de leyes internas con los compromisos del T-MEC, manteniendo la seguridad jurídica y protegiendo los intereses nacionales, pero sin comprometer el acceso de empresas estadounidenses a los mercados estratégicos. Se espera que este análisis exhaustivo y la negociación posterior contribuyan a reducir fricciones, impulsar la competitividad y fortalecer la relación comercial trilateral.
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