Petróleos Mexicanos (Pemex) anunció que este año liquidará al menos 180 mil millones de pesos de su deuda con proveedores y contratistas. Su director general, Víctor Rodríguez Padilla, aseguró que la empresa busca iniciar 2026 con cuentas claras, tras años de atrasos en los pagos que afectaron a miles de compañías del sector energético.
Durante su comparecencia ante la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, Rodríguez Padilla explicó que Pemex ya comenzó a utilizar el mecanismo financiero de Banobras, con un fondo de 250 mil millones de pesos, para reducir su deuda con proveedores. Según el funcionario, la primera prueba piloto ya permitió liberar 26 mil millones de pesos, y se prevé que en los próximos meses se realicen entregas de entre 30 y 40 mil millones de pesos cada una.
Para diciembre, Pemex proyecta haber dispersado 116 mil millones de pesos, y el total de pagos podría superar los 180 mil millones antes de que termine el año. Con este ritmo, la empresa busca utilizar la totalidad del mecanismo de Banobras para febrero de 2026. Sin embargo, la deuda total con proveedores ascendía a 430 mil millones de pesos al cierre del primer semestre de 2025, por lo que se requerirán recursos adicionales.
El directivo enfatizó que, una vez regularizados los adeudos, los nuevos contratos incluirán plazos de pago definidos de 30, 60 o 90 días. “Queremos que los pagos se realicen en tiempo y forma. Ya no más rezagos”, afirmó.
Pemex pide responsabilidad a las grandes empresas
Rodríguez Padilla también hizo un llamado a las grandes contratistas que ya recibieron pagos pendientes, para que cumplan con sus obligaciones hacia los proveedores medianos y pequeños. “Nosotros pagamos a las empresas grandes, pero falta que la derrama llegue hacia abajo”, dijo. “No podemos obligar a los proveedores intermedios a que paguen a los más pequeños, pero sí pedimos solidaridad y responsabilidad”.
El director de Pemex reconoció que los retrasos históricos en los pagos han generado desconfianza, pero aseguró que la nueva política financiera busca restaurar la credibilidad de la empresa productiva del Estado. Además, afirmó que las agencias calificadoras internacionales como Fitch Ratings y Moody’s han valorado positivamente los esfuerzos de reestructuración y mejorado la perspectiva de la petrolera mexicana.
Un 2026 con retos y sin fracking
Rodríguez Padilla advirtió que 2026 será un año complicado por los vencimientos de deuda, aunque confía en que las medidas adoptadas permitirán mantener la estabilidad financiera. También reafirmó la meta de alcanzar una producción de 1.8 millones de barriles diarios durante el sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum, de los cuales 1.7 millones serán aportados por Pemex y el resto por empresas privadas.
“Aunque cada mes perdemos 30 mil barriles por la declinación natural de los grandes campos, estamos compensando para mantener estable la producción”, explicó. Asimismo, descartó el uso del fracking en los proyectos actuales. “Se hicieron 25 pozos de fracking durante el gobierno de Peña Nieto, pero desde 2018 suspendimos ese tipo de desarrollos”, subrayó.
Finalmente, Rodríguez Padilla reconoció que la transición energética es inevitable. “Las grandes petroleras están migrando hacia energías limpias. Nosotros cuidamos los recursos que nos quedan y los usamos de la manera más inteligente posible”, concluyó.
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