En su primer año de gobierno, Claudia Sheinbaum aplicó una política de austeridad que transformó a Petróleos Mexicanos (Pemex) en el principal laboratorio financiero de su administración. Con la cancelación de más de tres mil plazas de confianza, la petrolera estatal ahorró 26 mil 548 millones de pesos, una cifra que no se veía desde los primeros ajustes presupuestales del sexenio pasado. Pero detrás del ahorro está un cambio estructural profundo que redefine el papel de Pemex dentro del nuevo modelo energético nacional.
Reestructura interna y control del gasto: la nueva lógica administrativa
El Primer Informe de Labores de la Secretaría de Energía (Sener) detalla que el 62.5% de los ahorros —equivalente a 16 mil 588 millones de pesos— provino de mejoras en contrataciones y compras estratégicas. En otras palabras, la empresa dejó de pagar sobreprecios, redujo la discrecionalidad en adquisiciones y consolidó compras con mayor control.
“El objetivo fue eliminar prácticas ineficientes y asegurar condiciones de precio y calidad más competitivas”, señala el documento.
Sin embargo, la segunda fuente del ahorro, que representa el 37.5% restante (9 mil 969 millones), no provino de optimización financiera sino de reestructuración interna. Pemex inició su transformación despidiendo a 3 mil 51 empleados de confianza, con lo que se redujeron gastos personales por 3 mil 507 millones de pesos. El golpe laboral se extendió a plataformeros, mandos medios y áreas administrativas, donde se ajustaron esquemas de pago, incrementos salariales y créditos de vivienda.
Estas medidas reflejan la línea directa de Sheinbaum: eficiencia sin despilfarro. La presidenta ha reiterado que Pemex debe dejar de operar con la lógica de “rescate financiero eterno” y convertirse en una empresa productiva del Estado realmente rentable.
Pemex cambia de estrategia: menos gasto, más control político
El ahorro también se alimentó de 12 mil 645 millones obtenidos por políticas institucionales alineadas con la austeridad y 480 millones por contrataciones más eficientes que apuntan a reactivar el Sistema Nacional de Refinación. A esto se suman 3 mil 029 millones en contención de gasto, logrados mediante la verificación de precios unitarios y eliminación de pagos no recuperables.
En apariencia, se trata de un ejercicio técnico de control presupuestal, pero en el fondo es una operación política. Pemex no solo ajustó sus gastos: cambió su estructura de poder interno.
Con Víctor Rodríguez Padilla al frente, la empresa implementó mecanismos de supervisión más rígidos, eliminó intermediarios y concentró decisiones clave en oficinas centrales, lo que permitió a la Presidencia tener mayor control sobre los contratos y los ritmos de inversión.
Fuentes cercanas a la empresa reconocen que el costo laboral y social ha sido alto, pero que los resultados financieros comienzan a ser tangibles. En medio de una caída de ventas de gasolinas y un mercado internacional en transición energética, la petrolera logró reducir pérdidas operativas en comparación con el cierre de 2024.
Entre la eficiencia y la tensión sindical
El gran reto será sostener el equilibrio entre austeridad y estabilidad laboral. Los sindicatos petroleros han expresado preocupación por el congelamiento de incrementos salariales y la reestructuración de plazas, aunque la administración asegura que los despidos se concentraron en áreas duplicadas o de baja productividad.
A diferencia de gestiones anteriores, Sheinbaum ha evitado anunciar rescates financieros o capitalizaciones extraordinarias. En cambio, busca demostrar que la petrolera puede sobrevivir con sus propios ingresos, en un contexto donde la presión por la deuda y los compromisos fiscales aún pesan sobre sus finanzas.
El futuro inmediato dependerá de si esta “austeridad inteligente” logra traducirse en mayor rentabilidad sin deteriorar la operación técnica. Lo cierto es que el experimento Sheinbaum-Pemex ya sienta un precedente: la petrolera más endeudada del mundo empieza a ajustar su tamaño para adaptarse a una era donde gastar menos es tan importante como producir más.
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