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    Señalan las presiones de los Programas Sociales y el Salario Mínimo en la Inflación

    Irene Espinosa Cantellano, subgobernadora del Banco de México (Banxico), destacó en su última entrevista como integrante de la Junta de Gobierno que los programas sociales y las transferencias directas en efectivo han generado presiones inflacionarias significativas. Asimismo, señaló que la secuencia de aumentos al salario mínimo ha contribuido a mantener una política monetaria restrictiva durante un período prolongado.

    “El marco fiscal expansivo de este año hizo más difícil la tarea del Banxico”, afirmó Espinosa, quien agregó que, aunque el paquete fiscal para 2025 apunta a reducir el déficit público, las presiones inflacionarias seguirán siendo un desafío.

    Decisión pendiente en la última sesión monetaria de 2024

    Espinosa cerrará su ciclo como subgobernadora el próximo 31 de diciembre, y aún no ha definido su voto para la reunión de política monetaria del 19 de diciembre, la última del año. Entre los datos que espera para tomar su decisión están:

    • La aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación.
    • La trayectoria de la inflación subyacente.
    • La evolución de la inflación en servicios (idealmente por debajo del 5%).
    • El impacto de los conflictos geopolíticos.

    Espinosa subrayó que el reciente aumento del 12% en el salario mínimo, aunque moderado en comparación con años anteriores, será un factor inflacionario. Argumentó que este incremento no está respaldado por un aumento en la productividad, lo que lleva a las empresas a trasladar esos costos al consumidor final.

    Impacto del tipo de cambio en la inflación

    La subgobernadora destacó que la depreciación del peso mexicano tiene un efecto directo en la inflación. Aunque en una desaceleración económica el impacto puede ser menor, investigaciones recientes del Banco Interamericano de Desarrollo indican que si la depreciación es causada por factores domésticos, su influencia en la inflación es mayor.

    Desde el 2 de junio, el peso ha experimentado una depreciación significativa, agravada por eventos de volatilidad, como:

    • Reformas constitucionales que generaron incertidumbre sobre el Estado de derecho.
    • Los resultados electorales en Estados Unidos y su impacto en la economía y el comercio de México.

    Espinosa recordó que el peso mexicano es una moneda muy líquida, transaccionada las 24 horas del día y los 365 días del año, lo que aumenta su exposición a eventos externos e internos. Por ello, la Junta de Gobierno considera el tipo de cambio como una variable relevante en sus decisiones de política monetaria.

    Resistencia a cambios en el mandato del Banxico

    Espinosa expresó su preocupación ante las propuestas legislativas que buscan otorgar al Banxico un mandato dual que incluiría objetivos de crecimiento económico y pleno empleo. Según su perspectiva, cumplir con este doble mandato sería difícil y comprometería la autonomía del banco central, ya que implicaría coordinar políticas fiscales, comerciales y de seguridad, áreas fuera de su control.

    “Definitivamente no contamos con las herramientas para cumplirlo”, afirmó.

    Balance de su gestión y perspectivas futuras

    Durante su trayectoria en la Junta de Gobierno, Espinosa votó en 19 ocasiones para elevar la tasa de interés, 14 para reducirla y 23 para mantenerla sin cambios. Defendió sus decisiones como alineadas con las circunstancias económicas y el objetivo primordial de Banxico: mantener la estabilidad de precios.

    En cuanto a una posible revisión del objetivo de inflación puntual, Espinosa opinó que no sería pertinente considerarlo hasta que se consiga el cumplimiento del actual objetivo.

    Con su salida, Irene Espinosa deja un legado marcado por la cautela y el rigor en la política monetaria, enfrentando retos significativos en un contexto de alta volatilidad económica.

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