La Ciudad de México se prepara para una de las mayores activaciones económicas vinculadas a un espectáculo musical en los últimos años. La Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de la capital (Canaco CDMX) estimó que los ocho conciertos de Bad Bunny en el Estadio GNP generarán una derrama aproximada de 3 mil 228 millones de pesos, equivalentes a unos 177 millones de dólares. Las presentaciones arrancan este 10 de diciembre y se extenderán hasta el día 21, con una asistencia total cercana a las 520 mil personas.
De acuerdo con el organismo empresarial, el 70 % de esta derrama provendrá directamente de la venta de boletos, mientras que el 17 % se originará en el consumo de alimentos y bebidas, y el 12.9 % restante corresponderá al incremento en la ocupación hotelera. En zonas cercanas al Estadio GNP, la ocupación podría superar el 90 % durante los días de concierto, un nivel que pocas veces se registra fuera de temporadas vacacionales.
Además del impacto directo, la Canaco destacó que los conciertos activarán cadenas de valor completas en la economía local. Restaurantes, cafés, bares, establecimientos de comida rápida, taxis, aplicaciones de movilidad, transporte público, servicios turísticos, tiendas de conveniencia y comercios de souvenirs figuran entre los giros con mayores beneficios durante las fechas del espectáculo.
El fenómeno no se limita al público capitalino. Según cifras de la promotora Ocesa, cerca del 45 % de los asistentes provendrá de otros estados del país, mientras que se espera la llegada de visitantes de hasta 77 países. Este flujo de turistas musicales refuerza el posicionamiento de la Ciudad de México como un destino relevante para eventos de talla internacional, con impacto directo en hotelería, transporte y consumo.
Impacto en comercio y turismo local
La Cámara de Comercio subrayó que la magnitud del evento representa una oportunidad significativa para el comercio formal. En ese sentido, exhortó a los asistentes a consumir exclusivamente en establecimientos establecidos, al advertir que parte de la mercancía que suele venderse en las inmediaciones de los recintos puede ser de procedencia ilícita o pirata. Este tipo de prácticas, señaló el organismo, afecta a la economía formal, al empleo y a la seguridad de los consumidores.
El perfil del público también resulta clave para entender el impacto económico. Seis de cada diez asistentes tienen entre 18 y 34 años, un segmento con alta propensión al consumo en experiencias, alimentos, bebidas y transporte. Este factor explica, en parte, el dinamismo observado en sectores urbanos durante eventos musicales de gran escala.
El interés generado por los conciertos quedó reflejado desde la etapa de venta de boletos. Más de tres millones de personas ingresaron a Ticketmaster en busca de entradas, una cifra que confirma la dimensión del fenómeno Bad Bunny en México. El espectáculo, además, tendrá un formato particular: en la segunda parte del show, el artista se trasladará a la zona conocida como “La Casita”, ubicada en la sección General B, mientras que la primera y última parte se desarrollarán en el escenario principal.
A nivel global, Bad Bunny se mantiene como uno de los artistas más influyentes de la industria musical. Este año se convirtió en el músico más reproducido del mundo, superando a figuras como Taylor Swift, y su gira ha sido descrita como un fenómeno cultural y comercial. En México, el montaje visual y musical fue diseñado por el propio cantante, con la intención de ofrecer una experiencia distinta a sus seguidores.
El artista puertorriqueño, ganador del Latin Grammy 2025 por el álbum “Debí tirar más fotos”, ofrecerá conciertos los días 10, 11, 12, 15, 16, 19, 20 y 21 de diciembre. Para la capital del país, estas fechas no solo representan una fiesta musical, sino también un impulso económico tangible que confirma el peso de la industria del entretenimiento en la actividad urbana.
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