La fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, ganadora del Premio Princesa de Asturias de las Artes 2025, inauguró la programación cultural de la Fundación Princesa de Asturias en Oviedo con una exposición que reúne 173 de sus obras más representativas. En la apertura, la artista declaró que «el arte fotográfico no conoce fronteras ni necesita visas», una frase que encapsula su visión del arte como lenguaje universal y sin límites geográficos.
Graciela Iturbide: entre México y España, una mirada que une culturas
Nacida en Ciudad de México el 16 de mayo de 1942, Iturbide inició estudios de cine en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM, pero pronto cambió el guion por la fotografía, bajo la tutela de Manuel Álvarez Bravo. Desde entonces, su obra se ha convertido en una de las más influyentes de América Latina, reconocida por retratar la identidad mexicana, la fuerza de las mujeres indígenas y la relación entre lo sagrado y lo cotidiano.
Su exposición “Graciela Iturbide: España México” abre oficialmente la “Semana de los Premios” en la antigua Fábrica de Armas de Oviedo, al norte de España. El recinto, reabierto al público para esta ocasión, alberga 173 imágenes seleccionadas por la artista, algunas de ellas inéditas y tomadas recientemente en territorio español. La muestra estará abierta hasta el 25 de octubre y se accede entre miles de plantas de maíz, un símbolo que la autora considera un puente entre las culturas mexicana y española.
Una programación que celebra el arte, la identidad y la migración
La Fundación Princesa de Asturias ha preparado cerca de 80 actividades culturales, artísticas y académicas con motivo de la entrega de sus premios anuales. Entre ellas, se incluyen conciertos, talleres de meditación, exposiciones y una “librería churrería”, en un ambiente festivo que combina arte contemporáneo, reflexión y convivencia social.
En el caso de Iturbide, su exposición se complementa con talleres de creación de máscaras inspiradas en piezas del Museo Nacional de Antropología de México y conciertos de música tradicional mexicana, dirigidos por el guitarrista Emilio Ribera y una banda de siete músicos. Además, el artista Toño Velasco diseñó el “Altar de los Anhelos”, un espacio colectivo en el que migrantes plasman sus sueños y esperanzas, inspirado en los retablos mexicanos y en los estudios del sociólogo Douglas Massey sobre los exvotos de migrantes en EE. UU.
Homenajes, pensamiento y música en torno a los Premios
El programa cultural también incluye propuestas de otros galardonados. Por ejemplo, el filósofo y ensayista Byung-Chul Han presentará una selección de piezas para piano que considera esenciales en su pensamiento. El escritor español Eduardo Mendoza, premio de las Letras, participará en lecturas sobre su célebre personaje Gurb, el extraterrestre satírico que parodia la vida moderna.
En el pasillo principal de la Nave Almacén destacan dos grandes murales dedicados a Serena Williams, creados por las artistas María Peña y Greta von Richthofen: uno la retrata blandiendo su raqueta en plena competencia, y el otro muestra su infancia, como metáfora de la disciplina y la superación femenina.
Un legado que trasciende fronteras
Iturbide ha recibido reconocimientos como el Premio Hasselblad y el Cornell Capa, y sus fotografías se exhiben en museos de todo el mundo. En Oviedo, reafirmó su visión de que la imagen tiene el poder de conectar lo humano más allá de idiomas o fronteras. “Cada fotografía es una forma de entender al otro y a mí misma”, ha dicho en varias ocasiones.
En esta inauguración, rodeada de artistas y público, volvió a insistir en su convicción más profunda: «El arte fotográfico no conoce fronteras ni necesita visas». Con esa frase, selló no solo el espíritu de su obra, sino también el mensaje que los Premios Princesa de Asturias buscan proyectar: la cultura como punto de encuentro entre naciones.
Con esta muestra, la Semana de los Premios Princesa de Asturias reafirma su papel como plataforma internacional de diálogo artístico y humanístico, mientras que la obra de Iturbide recuerda que “la fotografía es un espejo de lo invisible”, como ella misma ha definido su mirada durante más de cinco décadas de trayectoria.
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