Guillermo del Toro, el visionario mexicano de 61 años, revive la obra gótica de Mary Shelley en Frankenstein, una adaptación que fusiona horror, empatía y espectáculo visual. Estrenada en cines limitados el 17 de octubre de 2025, la película debuta este 7 de noviembre en Netflix, disponible globalmente. Con Oscar Isaac como el ambicioso Victor Frankenstein y Jacob Elordi como su trágica creación, del Toro transforma el clásico en un épico drama sobre humanidad y rechazo.
El filme, rodado en Nueva Zelanda y con un elenco estelar –incluyendo a Mia Goth, Christoph Waltz y Felix Kammerer–, explora el «experimento monstruoso que lleva a la destrucción de creador y criatura». Del Toro, ganador del Oscar por The Shape of Water, lo llama su «iglesia gótica»: «En los ojos de Boris Karloff, vi mi mesías a los 7 años».
Sueño de infancia
Del Toro concibió esta versión hace décadas, inspirado en las películas de James Whale de los 30. «Frankenstein es un libro moderno, lleno de preguntas existenciales que solo los monstruos responden», confiesa en su nota de intención. Quería evitar «colores pastel de época»: Víctor luce como «Mick Jagger en Soho 1970», con sets exuberantes y codificados por colores vibrantes.
La adaptación es «como casarse con una viuda: respeta al difunto, pero trae acción los sábados», bromea el director. Producida por Netflix tras su pacto multi-anual, sigue a Pinocchio (2022), otro clásico reinventado. Críticos en Rotten Tomatoes la aplauden con 85%: «Del Toro encuentra humanidad en el monstruo icónico; Elordi brilla en gracia y angustia».
Elenco estelar: De Isaac a Elordi
Oscar Isaac, como Víctor, recuerda su primer encuentro con del Toro: «Llegué a su casa llena de libros y excentricidades. Hablamos de padres, arte… y al final, me dijo: ‘Tú debes ser Víctor'». El guatemalteco-actor ve la historia «europea, pero con mirada latina, mexicana, católica: pura pasión».
Jacob Elordi, la Criatura, halló catarsis en el rol: «Necesitaba reconstruirme, como ella». Siguiendo consejos de del Toro, estudió butō –danza japonesa vanguardista– para movimientos lentos y surrealistas. «Es un recién nacido asustado por ruidos, sediento de aprobación», reflexiona, usando libros del director para capturar su inocencia brutal.
Mia Goth (Elizabeth, prometida de Víctor) y Christoph Waltz (el barón Frankenstein) completan un reparto que del Toro llama «corazón latiendo». «Jacob da la actuación de su carrera: gracia y agonía», elogia el director.
Estreno en Netflix
Tras premieres en Venecia (31 de mayo) y Toronto, Frankenstein llega a Netflix el 7 de noviembre, tras tres semanas en cines selectos (incluyendo IMAX y 35mm). En México, distribuida por Pimienta Films, ya genera buzz: «Del Toro hace ópera gótica en nieve y tristeza», dice IMDb (calificación 7.7).
La plataforma, hogar de Pinocchio, posiciona esta como «el relato definitivo de vida y muerte: qué significa ser humano». Con banda sonora de Alexandre Desplat (The Shape of Water), promete visuales handcrafted que exigen pantalla grande, pero cautivan en streaming.
Legado de Del Toro
«Quiero que los monstruos habiten tus sueños y te den consuelo, como a mí», escribe del Toro.
Su Frankenstein no es horror puro: es tragedia miltoniana, fiel a Shelley, pero con impronta mexicana –emocional, brutal, redentora. «Todos somos criaturas perdidas que se encuentran».
En un año de blockbusters, esta llega como joya artesanal: épica íntima que cuestiona creación y rechazo. Netflix la libera justo para premios; ¿otro Oscar para del Toro? Sus fans, de Guadalajara a Guadalajara, esperan. El monstruo revive: no para asustar, sino para abrazar.
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