Tras lidiar con algunos problemas para conectarse a Zoom, Hugh Grant optó por realizar una llamada telefónica. “Lo siento”, se disculpó. “Infierno tecnológico”. No es un secreto que Grant no es amante de la tecnología. Los teléfonos inteligentes, en particular, los describe como “la caja de Pandora del diablo”.
“Creo que nos están matando. Los odio”, afirma sin reservas. Para contrarrestar su aversión, Grant suele tomarse largas pausas de estos dispositivos. “Tres o cuatro días sin ellos son maravillosos”, comenta.
La oscuridad de Heretic: un nuevo reto para Hugh Grant
El tema del infierno y nuestra proximidad a él es central en la nueva película de Grant, Heretic (“Hereje”), que se estrena este fin de semana. La trama gira en torno a dos jóvenes misioneras mormonas, interpretadas por Chloe East y Sophie Thatcher, quienes tocan una puerta que cambiará sus vidas para siempre. Allí son recibidas por el Sr. Reed, un hombre inicialmente encantador que rápidamente transforma su hospitalidad en una prueba de fe y terror.
En esta producción de A24, dirigida por Scott Beck y Bryan Woods, coguionistas de A Quiet Place (“Un lugar en silencio”), Grant se sumerge en uno de los roles más oscuros de su carrera, un giro radical en comparación con las encantadoras comedias románticas que lo catapultaron a la fama.
Del romance al lado oscuro: el desafío de interpretar al Sr. Reed
Grant, quien alguna vez conquistó al público con su carisma tartamudo en Four Weddings and a Funeral (“Cuatro bodas y un funeral”) o su baile despreocupado en Love Actually (“Realmente amor”), ahora da vida a un personaje siniestro y perturbador que comete actos atroces contra jóvenes en un sótano.
“Fue un desafío”, confiesa Grant. “Creo que los seres humanos necesitan desafíos. La cerveza sabe mejor por la noche si antes escalaste una montaña”. Para él, interpretar al Sr. Reed fue como escalar esa montaña: “Este personaje es maravillosamente jodido”.
Un villano que combina erudición y espeluznante carisma
En Heretic, Grant encarna a un erudito espeluznante cuyo carisma inquietante se despliega en monólogos cargados de ironía y referencias culturales. Uno de los momentos más icónicos del personaje incluye la apropiada incorporación de “Creep” de Radiohead a sus discursos.
Dirigida por Beck y Woods, la película promete explorar los límites de la fe, la moralidad y la oscuridad humana. Con este papel, Grant no solo expande su repertorio actoral, sino que demuestra que su evolución hacia roles complejos y oscuros está dando frutos, consolidándose como uno de los actores más versátiles de su generación.
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