Los asesinatos de Bayron Sánchez Salazar, conocido como B-King, y de Jorge Luis Herrera Lemos, llamado Regio Clown, han conmocionado a Colombia y México. Ambos artistas desaparecieron en Ciudad de México el 16 de septiembre y días después fueron hallados sin vida en Cocotitlán, Estado de México. Las investigaciones apuntan a la posible intervención del crimen organizado y avanzan con tres pistas principales reveladas por el diario colombiano El Tiempo. La tragedia tiene un alcance internacional, pues involucra tanto a autoridades mexicanas como a instituciones colombianas en un esfuerzo conjunto por esclarecer el caso.
Las primeras pistas revelan vínculos con el crimen organizado
De acuerdo con El Tiempo, la primera pista se centra en un automóvil rojo captado por cámaras de seguridad. En esas imágenes se observa cómo los artistas fueron recogidos en un aeropuerto de Ciudad de México, lo que abre la puerta a identificar a la persona que los trasladó al supuesto encuentro que tenían programado. La Fiscalía capitalina trabaja en el rastreo de placas y en la reconstrucción de la ruta que siguieron hasta perder comunicación.
La segunda pista se relaciona con los mensajes enviados por Regio Clown a su pareja y conocidos, donde mencionó una reunión con un hombre apodado “El Comandante”. También habló de un supuesto escolta presentado por alguien llamado “Sergio”. En uno de esos chats compartió su ubicación en la alcaldía Miguel Hidalgo, además de expresar desconfianza hacia las personas con las que trataba, razón por la cual prefería reunirse en lugares públicos. Estas revelaciones fortalecen la teoría de que los artistas sabían que estaban expuestos a riesgos en México.
La tercera pista es aún más delicada: un tercer cadáver apareció junto a los cuerpos de B-King y Regio Clown. Junto al hallazgo había un mensaje con la firma “FM”, en referencia a La Familia Michoacana. El texto señalaba: “Llegó la FM, esto va para todos los chapulines, encargados y vendedores, vamos por todo”. En el argot criminal, “chapulines” se refiere a quienes cambian de grupo o actúan de forma independiente, lo que refuerza la hipótesis de un ajuste de cuentas dentro del crimen organizado.
Coordinación binacional y presión política en torno al caso
El hallazgo ha activado la cooperación entre la Fiscalía General de la República, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la Cancillería colombiana y el consulado de Colombia en México. Según el manager de B-King, ambos artistas tenían previsto un almuerzo en Polanco y más tarde una reunión con empresarios, tras lo cual no se supo más de ellos. Estos testimonios podrían ser claves para reconstruir la última jornada de vida de los músicos.
La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que las investigaciones se realizan de manera coordinada y destacó que se busca determinar con precisión cómo los artistas, desaparecidos en la capital, terminaron en el Estado de México. El caso no solo toca fibras en la comunidad artística, sino que además exhibe nuevamente la penetración del crimen organizado en la vida cotidiana de México, un tema que genera atención internacional y presión diplomática.
Las tres pistas apuntan a una misma conclusión: los asesinatos de B-King y Regio Clown no fueron hechos aislados, sino parte de una dinámica más amplia en la que operan cárteles con presencia en varios estados. El desenlace del caso podría tener repercusiones tanto en la seguridad de la comunidad artística internacional como en las relaciones bilaterales entre México y Colombia.
También te puede interesar: Crimen organizado y narcomensaje: las piezas clave en el homicidio de B-King y Regio Clown en México