La playa de St Kilda, en la bahía de Port Phillip, se convirtió en un escenario mágico esta semana cuando cientos de personas presenciaron un deslumbrante brillo azul y rosa causado por una floración de la alga bioluminiscente Noctiluca scintillans, conocida como “sea sparkles” o “marea roja”.
El fenómeno, detectado el domingo 31 de agosto por el biólogo marino Richard Pensak, de Earthcare St Kilda, atrajo multitudes que admiraron destellos iridiscentes activados por el movimiento de las olas, según The Guardian.
Un espectáculo “cósmico” con raíces científicas
El avistamiento comenzó cuando Pensak notó una nube rosada en el agua, un indicio diurno de Noctiluca scintillans. Por la noche, la alga emitió un resplandor azul gracias a la proteína luciferasa, que reacciona con el oxígeno al ser agitada, creando un efecto de “galaxias danzantes”, como describió el ilustrador Ryan Abramowitz.
“Fue lo más mágico que he visto, como nadar en una constelación”, relató tras sumergirse en las frías aguas primaverales, según The Guardian.
Shauna Murray, bióloga de la Universidad de Tecnología de Sídney, explicó que la bioluminiscencia es un fenómeno natural en las costas australianas, pero su presencia en St Kilda, aunque no inédita, es rara y depende de condiciones cálidas y estables.
Un fenómeno en expansión con implicaciones ambientales
Documentada en Australia desde 1860, Noctiluca scintillans ha proliferado desde los años 90 debido al calentamiento de las aguas por la corriente del este australiano, extendiéndose hacia el sur hasta Tasmania y Port Phillip, según Murray.
Aunque el espectáculo es fascinante, expertos como Lisa-ann Gershwin advierten que estas floraciones masivas indican desequilibrios ecológicos, con altos niveles de amoníaco y baja oxigenación que afectan a peces y otros organismos marinos. Las autoridades recomiendan no nadar en estas aguas por posibles irritaciones cutáneas, aunque no son tóxicas para humanos.
Un evento viral y “de lista de deseos”
El fenómeno, que se intensifica en noches sin luna y durante la primavera y verano, generó un frenesí en redes sociales, con videos en X y TikTok superando los 2 millones de vistas. Usuarios como @MelbourneMagic elogiaron: “St Kilda parecía un sueño cósmico”.
Pensak lo calificó como un “momento de lista de deseos”, mientras Abramowitz lo comparó con experiencias en Sídney y Bali, pero destacó su intensidad única en Melbourne. Con floraciones similares en Tasmania y Jervis Bay, Australia consolida su reputación como epicentro de la bioluminiscencia, aunque los científicos instan a proteger los ecosistemas marinos frente al cambio climático que impulsa estos eventos.
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