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    El excéntrico funeral de Frank Thompson: ataúd de oro y caravana en Rolls-Royce

    La muerte de Frank Thompson, empresario de la comunidad gitana en Reino Unido, dio pie a un funeral tan inusual como llamativo: un ataúd de oro macizo, un recorrido de despedida en Rolls-Royce Phantom Hearse y ceremonias que se extendieron durante casi un mes. El homenaje contrastó con la personalidad del fallecido, descrito por sus allegados como un hombre modesto y discreto, aunque su legado empresarial y social lo convirtió en una figura central de su comunidad. La magnitud del ritual buscó transmitir un mensaje de orgullo y unidad entre los gitanos viajeros en Inglaterra.

    Una despedida dorada y sorprendente

    Thompson falleció el 2 de julio a los 69 años a causa de una infección pulmonar. Su ataúd de oro, encargado desde el extranjero por uno de sus hijos, tardó semanas en llegar a Reino Unido. Finalmente, fue sepultado el 29 de julio en un cementerio al sur de Londres, donde la familia planea construir un monumento de mármol en su honor, una obra que podría tomar un año en completarse.

    Un amigo cercano describió el féretro como “estupendo” y aseguró que el patriarca “estaría orgulloso de lo que sus hijos hicieron por él”. La familia justificó la magnitud de la ceremonia como una forma de enviar un mensaje: “Mostrar al mundo que hay gitanos viajeros realmente buenos”. Lo que comenzó como la búsqueda del mejor ataúd terminó en un proyecto desmesurado, que incluyó una caravana de lujo y un viaje con tintes rituales.

    El recorrido en Rolls-Royce y la caravana final

    El 23 de julio, antes del entierro, inició un recorrido especial en el que el ataúd dorado fue transportado en un Rolls-Royce Phantom Hearse VII. La caravana visitó localidades emblemáticas para Thompson, como Nottingham y Manchester, donde operó su empresa de asfalto. También hubo paradas en cementerios donde reposan amigos y familiares, consolidando un ritual que unió memoria, tradición y comunidad.

    El cortejo no pasó desapercibido: flores, fotografías y homenajes acompañaron la procesión. La magnitud del evento reflejó no solo la devoción de la familia, sino también el poder de convocatoria que aún tenía Thompson dentro y fuera de la comunidad gitana.

    El legado de Frank Thompson

    Frank Thompson fue recordado como un empresario exitoso y un filántropo generoso. Se le describía como “un hombre de negocios de pies a cabeza” con visión y sabiduría, capaz de expandir la empresa familiar de asfalto hacia varios países. Dentro de su entorno era considerado “el rey de la familia”, un líder respetado que motivaba a sus allegados a buscar prosperidad.

    Antes de su enfermedad, había planeado construir un orfanato en el extranjero y realizó importantes donaciones a organizaciones benéficas infantiles. “Tenía un corazón de oro y las mejores intenciones para todos”, recordó un amigo. Tras su muerte, su hijo y un allegado asumieron la dirección del negocio familiar con la misión de mantener vivo su legado.

    El funeral de Thompson se convirtió en un acontecimiento que mezcló ostentación, tradición y devoción. Aunque el patriarca nunca se caracterizó por un estilo de vida ostentoso, su despedida dejó una huella imborrable en la memoria de quienes lo conocieron y reforzó la identidad de la comunidad gitana en Reino Unido.

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