El 23 de agosto, Edward Kankaka, un científico ugandés de 36 años especializado en investigación del VIH, se reunió en Newcastle, Australia, con la familia Anschau, quienes lo apadrinaron desde 1995 a través de Compassion Australia. El encuentro, cubierto por ABC News, marcó el primer cara a cara tras tres décadas de vínculo epistolar, emocionando a las redes sociales con más de 1.5 millones de interacciones en X, donde usuarios como @GlobalHeart celebraron: “Esta historia muestra el poder de la solidaridad”.
Un lazo que cambió una vida
En 1995, Edward, entonces un niño de 6 años en Rakai, Uganda, había perdido a su padre y vivía con su abuela en una región golpeada por el VIH y la guerra civil. Los Anschau, una familia de Newcastle con cuatro hijos, lo eligieron por su “enorme sonrisa” y su cumpleaños compartido con su hijo Tim, según Heather Foord, hija de Bruce y Margaret Anschau. A través de Compassion Australia, enviaban fondos mensuales para educación, salud y alimentación, transformando la vida de Edward.
“Era vulnerable, pero su apoyo me dio un futuro”, dijo Kankaka a ABC News.
El intercambio de cartas forjó un vínculo familiar. Heather, quien llamó a Edward “hermano”, compartía historias sobre kanguros, mientras él describía su vida en Uganda.
“Un día me escribió como hermano, y desde entonces dije que tenía una familia en Australia”, relató Kankaka, según Infobae.
Las cartas, guardadas por Bruce en una carpeta, fueron revisadas con risas durante el reencuentro, incluyendo una donde Edward descubrió a Santa Claus.
De niño vulnerable a científico destacado
El apoyo de los Anschau continuó más allá del programa, ayudando a Kankaka a estudiar medicina en la Universidad Johns Hopkins. Hoy, como investigador en el Rakai Health Sciences Program y Johns Hopkins, trabaja en caracterizar la persistencia del VIH en pacientes tratados, buscando una cura.
“He perdido familiares por el VIH. Mi trabajo es personal”, afirmó, según Newcastle Herald.
Con una prevalencia del 5% de VIH en Uganda, su investigación es crucial, según medRxiv.
Un encuentro inolvidable
El reencuentro en el aeropuerto de Newcastle fue emotivo.
“Es como conocer a un familiar que nunca habías visto”, dijo Kankaka, abrazando a Bruce, Margaret y Heather, según 20minutos.
Durante cuatro días, visitaron playas, un lujo para Edward, proveniente de un país sin costa. Bruce destacó la resiliencia de Kankaka: “Nosotros solo estuvimos en el fondo; él hizo el trabajo”, según ABC News. Ahora, Kankaka, padre de cuatro hijos, apadrina a niños en Uganda y Zambia, perpetuando la compasión que recibió.
La historia, viral en X con hashtags como #CompassionInAction, resalta el impacto de los programas de apadrinamiento. Compassion Australia, con 70,000 niños patrocinados, reporta que el 80% de sus beneficiarios completan la educación secundaria, según su sitio web. Sin embargo, críticas en X, como las de @AfricaRealist, señalan que estos programas a veces simplifican narrativas sobre pobreza. La visita de Kankaka, quien también colaboró con la Universidad de Melbourne, refuerza a Playa del Carmen como un destino de eventos globales, tras iniciativas como Playa Spice. Este reencuentro demuestra cómo un acto de solidaridad puede transformar vidas y unir corazones a través de continentes.
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