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    Pánico en el Delta de Okavango: Elefante ataca canoas de safari y sumerge a turista bajo el agua

    El 27 de septiembre, Día Mundial del Turismo, un safari en canoa por el Delta del Okavango se transformó en una pesadilla cuando un elefante macho cargó contra dos makoros, volcándolos y lanzando a cuatro turistas británicos y estadounidenses a aguas infestadas de cocodrilos. El animal, protegiendo a una hembra y sus crías, embistió el canal estrecho bordeado de juncos, sumergiendo brevemente a una mujer con su trompa. Su esposo la rescató en un acto heroico, sacándola a flote mientras gritaban y chapoteaban en la corriente turbia. No hubo heridos graves, pero el incidente dejó cámaras, teléfonos y equipos perdidos en el río, y un debate renovado sobre la seguridad en estos paraísos salvajes.

    El video del ataque, viral en TikTok y compartido por guías locales, muestra al elefante de seis toneladas emergiendo de los juncos y embistiendo las embarcaciones en segundos. Los guías, que polaban las canoas al estilo góndola, corrieron a la orilla, dejando a los turistas nadando hacia la seguridad.

    La mujer, empujada bajo el agua, evitó las defensas mortales del animal gracias a la turbidez del delta, que ocultó su presencia.

    Segundos eternos: El instinto protector del elefante

    El Okavango, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y hogar de la mayor población de elefantes de África —más de 130.000 en Botsuana—, concentra fauna en la estación seca alrededor de sus canales. Expertos como los de African Safari Magazine explican que los elefantes no atacan sin provocación: reaccionan a amenazas percibidas, especialmente cerca de crías. “La proximidad a la hembra y sus terneros activó la defensa del macho”, detalló un biólogo en The Straits Times. El grupo se acercó demasiado, un error común impulsado por el deseo de fotos cercanas en redes sociales.

    Este no es un caso aislado. En julio, una canoa similar en el delta estuvo a punto de volcar por un encuentro análogo. Meses atrás, en Zambia, dos turistas murieron embestidos por una elefanta en un safari a pie.

    El delta atrae dos millones de visitantes al año, con miles de makoros surcando sus aguas para avistar elefantes, hipopótamos y cocodrilos.

    Reglas de la naturaleza: ¿Cómo equilibrar aventura y seguridad?

    El incidente reaviva el clamor por protocolos más estrictos. Operadores como Wilderness Safaris recomiendan distancias mínimas de 100 metros de elefantes, pero la presión turística complica el cumplimiento. “La vida salvaje domina el paisaje; los humanos somos invitados”, recuerda Africa Safari Magazine. En X, el video acumula millones de vistas con hashtags como #OkavangoAttack, donde usuarios debaten: “La naturaleza impone sus reglas” versus “¿Responsabilidad de los guías?”.

    Afortunadamente, los turistas escaparon con solo egos heridos y pertenencias perdidas. El delta sigue siendo un joya —favorito del príncipe Harry—, pero este susto recuerda: la aventura salvaje exige respeto. Mientras Botsuana refuerza capacitaciones para guías, el Okavango brilla como advertencia: la belleza conlleva riesgos impredecibles.

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