El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reveló planes para un imponente Arco del Triunfo en Washington, inspirado en el parisino, para celebrar el 250 aniversario de la independencia estadounidense en 2026.
El diseño, una acuarela compartida por Charbonneau en septiembre, grita «¡América necesita un arco triunfal!». De estilo neoclásico, evocaría la grandeza romana y napoleónica, con costos estimados en cientos de millones, financiados por donantes privados y fondos de renovaciones como un salón de baile de 250 millones en la Casa Blanca. Sin fecha de inicio oficial, expertos dudan de su viabilidad temporal, sugiriendo arcos provisionales como en ferias mundiales pasadas.
Trump lo vinculó a su visión de «devolver la belleza» a la arquitectura federal, vía orden ejecutiva de 2020: «Making Federal Architecture Beautiful Again». «Queremos ver edificios hermosos», reiteró, rechazando modernismo por clasicismo.
Visiones doradas: De París a Potomac
El ‘Arc de Trump’ se erigiría en el eje visual del Puente Memorial de Arlington, una entrada icónica a la capital. Catesby Leigh, crítico que impulsó la idea, lo ve como «oportunidad para arquitectura de masas». Duncan Stroik, profesor de Notre Dame, aplaude: «Un gesto patriótico para embellecer Washington».
Parte del «Salute to America 250», un año de festivales desde Memorial Day 2025, impulsado por orden ejecutiva de enero. Incluye un Jardín Nacional de Héroes con 250 estatuas, de Lincoln a Steve Jobs. Trump lo enmarca como «reclamar la república», con aliados como Monica Crowley alabando su liderazgo para «lanzarnos a los próximos 250 años».
En redes, fans lo celebran: «¡El arco que América merece!», tuiteó @LaszloRealtor, con video del desvelo. Otro: «De Roma a D.C., símbolo de victoria».
Polémica monumental: ¿Legado o narcisismo?
Críticos lo tildan de narcisista. Robert García, congresista demócrata, lo llamó «vergonzoso», alertando ruptura del equilibrio histórico entre Lincoln y Arlington. En X, ironías abundan: «Tras no ganar el Nobel, su propio Triunfo», bromeó @SanjanNeupane. Jonah Goldberg cuestionó: «Poner a Trump en una moneda viola tradición; ¿patriotismo?».
Historiadores temen sesgo: planes cortan fondos a consejos humanísticos estatales para priorizar héroes trumpianos. Paul Brown comparó la figura dorada con el arco hitleriano inconcluso. @VikingFBR: «No hay tiempo para permanente; ¿arcos temporales?».
Aun así, Trump domina el debate. Como en su oro para la Casa Blanca o pavimentación del Rose Garden, impone gusto personal. ¿Homenaje nacional o huella eterna? El ‘Arc de Triunfo’ ya polariza, como su artífice.
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