Por orden del Pentágono, bajo la dirección del presidente Donald Trump, la Armada de Estados Unidos ha desplegado una imponente flota de buques de guerra hacia las costas de Venezuela, con el USS Iwo Jima como pieza central, generando preocupación en el gobierno venezolano debido a su capacidad para operaciones de invasión terrestre en minutos. Aunque el Departamento de Defensa ha anunciado que no divulgará detalles sobre futuros despliegues ni trayectorias de las embarcaciones, el USS Iwo Jima destaca por su diseño y potencia, diseñado para proyectar fuerza militar con rapidez y precisión.
El USS Iwo Jima, un buque de asalto anfibio de la clase Wasp, forma parte de las fuerzas de acción rápida anfibias de EE. UU., según explicó la analista internacional María Teresa Aya de Noticias Caracol y Blu Radio.
Este barco, acompañado siempre por dos buques menores que lo escoltan, puede desplegar al menos 17 embarcaciones rápidas hacia tierra en muy poco tiempo, transportando a los “Marines”, la élite de los combatientes estadounidenses, junto con equipo militar completo.
Su función principal es facilitar operaciones terrestres respaldadas por una fuerza naval, equipada con un arsenal que incluye misiles, aviones, helicópteros y misiles Tomahawk, listos para activarse en minutos si se requiere enfrentar a un enemigo.
Entre sus herramientas más destacadas están los misiles Tomahawk, de velocidad hipersónica y gran precisión gracias a la inteligencia artificial, lo que los hace extremadamente letales. Aya señaló que el Iwo Jima no opera solo: viene acompañado de tres destructores equipados con 96 misiles de mediano alcance cada uno, convirtiendo a la flota en una especie de base naval móvil.
Esta capacidad permite a EE. UU. enviar mensajes estratégicos, realizar ejercicios o ejecutar operaciones en cualquier parte del mundo, intensificando la tensión en la región. El gobierno venezolano, que ha respondido movilizando a 4.5 millones de milicianos, ve esta presencia como una amenaza directa, mientras las intenciones reales de EE. UU. —ya sea disuasión, combate al narcotráfico o una posible intervención— permanecen bajo especulación, dado el hermetismo oficial.
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