El expresidente de Perú, Pedro Castillo, agradeció públicamente a la presidenta Claudia Sheinbaum y a México por respaldar lo que definió como “la causa del pueblo peruano”. El mensaje fue publicado en su cuenta de X, en medio de una creciente tensión diplomática entre Lima y Ciudad de México, luego de que la Cancillería peruana rechazara las declaraciones de solidaridad de la mandataria mexicana. La controversia revive el debate sobre la legitimidad de la destitución de Castillo en 2022 y el papel de México como aliado político en la región.
Castillo agradece apoyo y denuncia persecución
“Gracias presidenta Sheinbaum, gracias México por acompañar la causa del pueblo peruano”, escribió Castillo en la red social X. El exmandatario insistió en que su encarcelamiento no es un caso individual, sino un ejemplo de “persecución contra la voluntad popular” que lo llevó al poder en 2021.
En el mismo mensaje, Castillo sostuvo que su detención y posterior destitución fueron “inconstitucionales”, interrumpiendo el proyecto de cambio que, según él, impulsaba. “La dignidad de nuestra América no se rinde”, concluyó el expresidente, actualmente preso en el penal de Barbadillo en Lima, donde enfrenta un proceso por rebelión con una posible condena de 34 años.
El respaldo de Claudia Sheinbaum, expresado un día antes, incluyó un llamado a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para que intervenga en defensa de los derechos humanos y la democracia. La presidenta mexicana aseguró que el caso de Castillo “es un grave precedente de persecución política y discriminación en nuestra región”, tras reunirse con el abogado del exmandatario, Guido Croxatto.
Perú rechaza las declaraciones y acusa a México de injerencia
La respuesta del gobierno peruano fue inmediata. La Cancillería, bajo la administración de Dina Boluarte, emitió un comunicado en el que rechazó “de manera absoluta” las declaraciones de Sheinbaum, acusándola de desconocer la realidad política y jurídica del país.
Según el ministerio, Castillo protagonizó un “golpe de Estado fallido” el 7 de diciembre de 2022, al intentar disolver el Congreso e instaurar un Gobierno de excepción. La cancillería enfatizó que su destitución fue legítima, ajustada a derecho y conforme a la Constitución peruana.
“Presentar su caso como una persecución política constituye una afirmación falsa e inaceptable”, señaló la dependencia, que además recordó que el Congreso, al remover a Castillo, garantizó la continuidad democrática con la asunción de Dina Boluarte como presidenta.
México, un actor incómodo en la crisis peruana
Desde la crisis política de 2022, México ha sido un actor clave en la narrativa de Castillo. Tras el fallido golpe, el exmandatario intentó refugiarse en la embajada mexicana en Lima, aunque fue detenido por su propia escolta. En contraste, su esposa e hijos recibieron asilo político en México, donde actualmente residen.
La postura de Sheinbaum continúa la línea de apoyo iniciada por Andrés Manuel López Obrador, quien en su momento también calificó la caída de Castillo como un golpe en su contra. La diferencia es que ahora el respaldo viene de una mandataria en funciones que busca consolidar una política exterior marcada por la defensa de los líderes de izquierda en América Latina.
Para Lima, esta actitud constituye una injerencia en asuntos internos. Sin embargo, para Castillo y sus seguidores, México representa un aliado estratégico en su cruzada política, que combina la narrativa de persecución con el reclamo por un retorno a la democracia.
El conflicto, lejos de cerrarse, abre un nuevo frente diplomático en la región, donde la tensión ideológica sigue marcando las relaciones entre gobiernos.
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