Dos cazas F-16 de Venezuela realizaron un sobrevuelo sobre el destructor estadounidense USS Jason Dunham en aguas internacionales, calificado por Washington como “provocativo” y peligroso. El hecho ocurre en medio de un despliegue militar estadounidense para combatir el narcotráfico y tras un ataque reciente contra una embarcación vinculada al Tren de Aragua, lo que eleva las tensiones entre EE. UU. y Caracas.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos informó que los dos cazas venezolanos F-16 sobrevolaron el USS Jason Dunham, en lo que calificó como una “maniobra provocativa” destinada a interferir con operaciones estadounidenses contra el narcoterrorismo en la región.
Un portavoz del Pentágono aseguró que la maniobra fue “una demostración de fuerza innecesaria y peligrosa” y enfatizó que la Marina estadounidense “continuará operando con libertad y seguridad en cualquier parte del mundo donde lo permita el derecho internacional”.
Contexto regional y despliegue militar
El sobrevuelo se produce dos días después de que EE. UU. atacara una embarcación atribuida a la organización criminal Tren de Aragua, con un cargamento de drogas procedente de Venezuela, en un operativo que, según Washington, resultó en la muerte de 11 presuntos miembros de la organización.
El USS Jason Dunham forma parte de las operaciones de seguridad marítima, donde Estados Unidos ha desplegado ocho buques de guerra y tres buques anfibios, con más de 4.500 efectivos destinados a combatir el narcotráfico. Este despliegue coincide con la estrategia militar del presidente Donald Trump en la región.
Reacción de Venezuela
El presidente Nicolás Maduro rechazó las acciones de Washington y aseguró que Venezuela seguirá “de pie” frente a la “embestida” estadounidense. Durante un mensaje público, señaló que EE. UU. busca las riquezas naturales venezolanas, incluyendo petróleo, gas y oro, y calificó la operación como un intento de presión militar y política.
Maduro insistió en que la nación suramericana mantiene “fe inquebrantable en la victoria y en la paz”, mientras condena los argumentos de EE. UU. sobre la lucha contra el tráfico de drogas como un pretexto para ejercer influencia y control sobre sus recursos estratégicos.
El incidente marca un nuevo episodio de tensión entre Washington y Caracas, donde la combinación de operaciones militares y declaraciones públicas podría escalar conflictos regionales y diplomáticos, además de aumentar la presión sobre Venezuela en medio de la presencia militar estadounidense en la zona.
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