Una reciente investigación conjunta entre Mongabay Latam y Earth Genome ha revelado una alarmante expansión del narcotráfico en la Amazonía peruana. Utilizando inteligencia artificial, los investigadores identificaron 67 pistas de aterrizaje clandestinas en las regiones de Ucayali, Huánuco y Pasco, utilizadas para el transporte de droga.
Estas instalaciones ilegales no solo han impulsado la deforestación masiva en áreas protegidas, sino que también han puesto en riesgo la vida de líderes indígenas y activistas medioambientales. Desde la pandemia, se han registrado al menos 15 asesinatos y 28 amenazas contra líderes en estas regiones, según datos de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep).
El papel de la inteligencia artificial en la investigación
El proyecto, titulado “Los Vuelos de la Muerte”, combinó periodismo investigativo con tecnología avanzada para superar las limitaciones del terreno amazónico y exponer la operación del crimen organizado en áreas intangibles por ley.
Alexa Vélez Zuazo, editora general de Mongabay Latam, explicó que la investigación surgió como respuesta a la creciente violencia en la región. Aunque durante sus visitas iniciales al campo ya habían detectado pistas clandestinas, no contaban con los recursos tecnológicos necesarios para dimensionar el problema.
Con el apoyo de la organización californiana Earth Genome y el respaldo del Pulitzer Center, los investigadores utilizaron inteligencia artificial para analizar imágenes satelitales. La herramienta fue entrenada con datos del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), la Dirección Antidrogas de la Policía Nacional del Perú (PNP) y el Gobierno Regional de Ucayali. En solo cuatro meses, la IA identificó 128 posibles pistas clandestinas en seis regiones amazónicas: Loreto, Cusco, Madre de Dios, Huánuco, Pasco y Ucayali.
“Lo que encontramos fue abrumador”, afirmó Vélez. “El narcotráfico se ha infiltrado incluso en las áreas más protegidas de la Amazonía”.
El “Triángulo de la Muerte” y el desplazamiento del narcotráfico en Perú
Los investigadores centraron su análisis en las regiones de Ucayali, Huánuco y Pasco, una zona conocida como el “nuevo VRAEM” o “Triángulo de la Muerte”, donde la violencia relacionada con el narcotráfico ha crecido significativamente.
Según Vélez, las rutas de narcotráfico se están desplazando hacia áreas menos vigiladas, debido a la presión en el VRAEM (Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro), tradicional bastión del narcotráfico en Perú.
El estudio confirmó la existencia de 67 narcopistas en el triángulo, muchas de ellas situadas en territorios indígenas y zonas de alta biodiversidad. Al menos 30 pistas están dentro de comunidades nativas y otras 26 en áreas aledañas.
“Esto confirma que los lugares remotos y apartados están siendo tomados. Son áreas donde el Estado tiene poca o nula presencia”, señaló Vélez.
Deforestación masiva: una de las consecuencias más graves
La construcción de pistas de aterrizaje clandestinas implica la destrucción de vastas extensiones de bosque. Según datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), el 64 % de la deforestación en Perú entre 2018 y 2022 está directamente relacionada con actividades del narcotráfico.
En el caso de las 67 pistas identificadas en el “Triángulo de la Muerte”, se estima que se han deforestado al menos 46 kilómetros de bosque, lo que equivale a la distancia entre los balnearios de Pucusana y Asia en Perú.
Además, comunidades indígenas como las yanesha, situadas en los límites de Huánuco y Pasco, enfrentan una presión extrema, con 15 pistas detectadas dentro de su territorio. Asimismo, se encontraron 10 pistas adicionales en concesiones forestales destinadas al aprovechamiento sostenible del bosque.
El narcotráfico y la impunidad: una lucha desigual
Aunque el gobierno peruano realiza operativos para destruir estas narcopistas, el impacto es limitado. Según el coronel PNP James Tanchiva, las organizaciones criminales logran restablecer las operaciones en tan solo una semana.
“Las organizaciones que trafican drogas tienen buena logística, un brazo armado y recursos económicos. Esa es la realidad”, declaró Tanchiva a Mongabay.
Esta rápida recuperación refleja la impunidad con la que opera el narcotráfico en la Amazonía peruana, dejando a las comunidades indígenas en una situación de extrema vulnerabilidad.
Un llamado a la acción para proteger a las comunidades indígenas
Además del daño ambiental, la expansión del narcotráfico en estas regiones ha cobrado vidas humanas. Desde la pandemia, 15 líderes indígenas han sido asesinados y 28 más se encuentran bajo amenaza directa.
Alexa Vélez advirtió que la falta de presencia estatal pone en riesgo no solo a las comunidades, sino también a los líderes que alzan la voz contra estas actividades.
“Han muerto 15 personas desde la pandemia, y esperamos que la lista de víctimas no siga creciendo. Los operativos no están funcionando. ¿Quiénes enfrentan las represalias? Las personas que viven en esos territorios”, concluyó Vélez.
Conclusiones: proteger la Amazonía, una tarea urgente
La investigación de Mongabay Latam y Earth Genome pone en evidencia la necesidad urgente de medidas integrales para frenar la expansión del narcotráfico en la Amazonía peruana. Proteger las comunidades indígenas, reforzar la presencia estatal y garantizar la sostenibilidad de los recursos naturales son tareas prioritarias para evitar un colapso social y ambiental en la región.
Sin acciones efectivas, el “Triángulo de la Muerte” seguirá siendo un territorio marcado por la impunidad, la violencia y la destrucción ambiental.
También te puede interesar: Miss Venezuela rompe su silencio tras polémico error en la traducción de su pregunta en el Miss Universo 2024




