A pesar de los esfuerzos diplomáticos de Estados Unidos y Europa para poner fin a la guerra en Ucrania, un ataque nocturno con drones rusos golpeó la región de Okhtyrka, en Sumy, dejando al menos 12 heridos, incluidos dos niños, según informó la policía regional a través de Telegram. El bombardeo dañó un edificio de apartamentos, 13 casas particulares, una dependencia y un garaje, afectando directamente zonas residenciales.
Equipos policiales y de desactivación de explosivos trabajan en el área para documentar daños y asistir a las víctimas, mientras las autoridades locales denuncian un ataque deliberado contra civiles.
En la misma jornada, la región de Odesa sufrió un ataque masivo con drones que dejó una persona herida e incendió una instalación de infraestructura de combustible y energía. Las autoridades desplegaron 54 rescatistas, 16 unidades de emergencia, un tren de bomberos de Ukrzaliznytsia y el cuerpo local para contener el fuego, que exigió horas de esfuerzo. Estos incidentes ocurren en un momento de intensas negociaciones tras la cumbre en la Casa Blanca, donde Donald Trump, Volodimir Zelensky y líderes europeos debatieron un posible acuerdo de paz, incluyendo garantías de seguridad para Ucrania.
Advertencia europea y tensiones diplomáticas
La alta representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, advirtió este martes que las garantías de seguridad para Ucrania deben ser “suficientemente sólidas y creíbles”, expresando escepticismo sobre las promesas de Vladimir Putin. En un mensaje en X, Kallas enfatizó que “no se puede confiar” en el cumplimiento de compromisos por parte de Rusia, urgiendo a la UE a contribuir con entrenamiento de soldados ucranianos y fortalecimiento de su industria de defensa. La UE revisará estos avances la próxima semana en Dinamarca, donde se prepara un nuevo paquete de sanciones contra Rusia, el décimo noveno, para septiembre.
Trump, por su parte, descartó el despliegue de tropas estadounidenses en Ucrania, dejando esa responsabilidad a socios europeos como Francia y Reino Unido, quienes han considerado enviar una “coalición de voluntarios”. Aunque EE.UU. apoya garantías de seguridad, rechazó integrarlas en el marco de la OTAN, proponiendo un mecanismo similar al artículo 5, sin detalles concretos sobre su implementación. Esta postura refleja un equilibrio entre presión diplomática y evitar un compromiso militar directo, mientras los ataques rusos socavan las negociaciones.
Perspectiva crítica
Los ataques en Okhtyrka y Odesa, que coinciden con avances en las conversaciones de paz, cuestionan la seriedad de Rusia en el proceso. La narrativa de Putin sobre proteger intereses rusos choca con la evidencia de daños a civiles, alimentando dudas sobre su disposición a un cese real de hostilidades.
La dependencia de Europa para tropas y la reticencia de EE. UU. a un rol militar más activo podrían debilitar las garantías, especialmente si Ucrania exige condiciones innegociables como la recuperación de territorios. Mientras la UE apuesta por sanciones y entrenamiento, la escalada rusa sugiere que la paz sigue siendo un objetivo lejano, con la población ucraniana pagando el precio de esta diplomacia incierta.
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