La Global Sumud Flotilla, conformada por 51 embarcaciones y alrededor de 500 activistas internacionales, enfrenta uno de sus momentos más tensos. Bajo custodia del buque español Furor y de las fragatas italianas Virgilio Fasan y Alpino, la misión planea adentrarse este lunes en lo que ha sido calificado como “zona de alto riesgo” del Mediterráneo oriental, en medio de advertencias de ataques, vigilancia internacional y creciente tensión diplomática.
Activistas insisten en llegar a Gaza pese a fallos mecánicos y presiones
Los organizadores confirmaron que los barcos se encuentran a 463 millas náuticas (857 kilómetros) de Gaza, con previsión de arribo en cuatro a siete días, tras una parada técnica en Creta. Sin embargo, el principal barco de la misión, llamado Familia, debió retirarse debido a un fallo mecánico. En él viajaban figuras de alto perfil como Greta Thunberg y la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quienes fueron reubicadas en otras embarcaciones.
A pesar de estas dificultades, los integrantes sostienen que su objetivo es claro: romper el bloqueo sobre la Franja de Gaza y entregar ayuda humanitaria de manera directa, sin intermediarios. “La vigilancia y la solidaridad internacionales son más necesarias que nunca”, subrayaron los organizadores en un comunicado.
En paralelo, un convoy de diez barcos que zarpó de Italia busca unirse a la travesía. Aunque este grupo pertenece a la conocida Flotilla de la Libertad —responsable de varias misiones desde 2008, incluida la de 2010 donde murieron cinco tripulantes por un ataque israelí—, ambas iniciativas mantienen su independencia, aunque con coordinación diaria.
La misión ha denunciado episodios de hostigamiento en el Mediterráneo, incluyendo explosiones, vuelos de drones no identificados e interferencias en comunicaciones. Estas acciones se produjeron poco después de que Israel acusara a los activistas de mantener vínculos con Hamás, lo que elevó aún más las alertas.
Israel advierte que no permitirá ingreso a Gaza
Las advertencias no han cesado. El jueves, la organización de la flotilla afirmó contar con información de inteligencia que apunta a posibles ataques con armas pesadas. Por esa razón, tanto España como Italia decidieron desplegar apoyo militar: el BAM Furor zarpó desde Cartagena y Roma envió dos naves militares adicionales para asistir a la misión en caso de emergencia.
Israel, por su parte, calificó como aceptable la presencia de un buque español, aunque dejó en claro que “ningún barco entrará en Gaza, una zona de combate activa”. El Ejecutivo israelí sugirió que la flotilla atracara en puertos israelíes, mientras que Italia propuso hacerlo en Chipre para descargar la ayuda humanitaria y trasladarla luego a Gaza. Sin embargo, los activistas rechazaron estas alternativas, insistiendo en que su destino final es directamente la franja palestina.
La Global Sumud Flotilla es una coalición internacional creada este mismo septiembre, con barcos que partieron desde España, Túnez, Italia y Grecia. Representa, hasta ahora, la operación marítima más amplia organizada hacia Gaza, con activistas de diversas nacionalidades y respaldo de organizaciones civiles.
El desenlace de esta misión podría marcar un nuevo capítulo en la disputa por el acceso humanitario a Gaza. Mientras el convoy avanza con la mirada puesta en la franja, la tensión aumenta entre quienes lo apoyan como acto de solidaridad y quienes lo consideran una provocación en plena zona de conflicto.
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