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    Fracasa reunión entre la Unión Europea y EE. UU.: Se recrudece tensión comercial tras intento fallido de acuerdo arancelario

    Las tensiones diplomáticas y comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE) alcanzaron un nuevo punto crítico tras el fallido intento de negociación encabezado por el comisario de Comercio europeo, Maros Sefcovic, en su visita a Washington. Pese a las expectativas, la reunión con el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, concluyó sin ningún avance concreto, dejando en vilo la tregua arancelaria pactada semanas atrás.

    La cumbre, que tuvo lugar en el Departamento de Comercio de EE. UU., buscaba frenar el avance de los nuevos aranceles impulsados por el presidente Donald Trump, que amenazan con golpear duramente al comercio transatlántico. Desde abril, el mandatario estadounidense anunció gravámenes del 25% a productos europeos como acero, aluminio y automóviles, una política que ha desatado alarmas tanto en Bruselas como en las principales capitales del bloque comunitario.

    Una tregua sin frutos

    En su cuenta oficial en X (antes Twitter), Sefcovic declaró:

    El comisario europeo enfatizó que el bloque propuso eliminar aranceles a bienes industriales —incluidos los metales— y levantar barreras no arancelarias, como gesto de buena voluntad para evitar una escalada comercial. Sin embargo, la postura de la administración Trump se mantuvo inamovible, con Lutnick reafirmando que todas las negociaciones deben contemplarse en bloque, sin hacer excepciones.

    El fracaso de las conversaciones deja en pausa la frágil tregua de 90 días firmada por ambas partes tras la imposición de aranceles cruzados, que superan los 20 mil millones de euros en bienes afectados desde Estados Unidos hacia Europa.

    Trump endurece su estrategia global

    La administración Trump ha dejado claro que la imposición de aranceles es parte de su plan económico para repatriar empresas, generar empleo y aumentar ingresos fiscales en EE. UU. Bajo esta lógica, el gobierno estadounidense busca desincentivar la producción extranjera y forzar la relocalización industrial dentro del país.

    Este enfoque se ha replicado en otros frentes diplomáticos. Ni la afinidad ideológica de líderes como Benjamín Netanyahu (Israel) o Javier Milei (Argentina) ha logrado doblegar la línea proteccionista. Ambos intentaron renegociar aranceles con la Casa Blanca sin éxito: Israel continuará enfrentando gravámenes y Argentina no obtuvo una respuesta favorable tras el encuentro entre Milei y el secretario del Tesoro, Scott Bessent, en Buenos Aires.

    La Unión Europea responde con represalias

    Como contramedida, la UE anunció la imposición de aranceles del 25% a una extensa lista de productos estadounidenses, afectando importaciones por 20 mil millones de euros. Esta medida, programada para entrar en vigor el 14 de julio, marca un nuevo episodio en la incipiente guerra comercial entre ambos bloques.

    Sefcovic había viajado a Washington precisamente para evitar esta confrontación directa, pero su regreso a Bruselas sin acuerdos firmados ni compromisos adquiridos augura semanas de tensión y posible escalada económica.

    La postura estadounidense, liderada por Trump y su gabinete económico, insiste en revisar cada oferta desde una perspectiva estrictamente comercial, despojando la relación bilateral del carácter estratégico que históricamente ha definido la alianza entre EE. UU. y Europa.

    A menos que se logren avances antes del fin de la tregua en julio, el mundo podría presenciar una guerra comercial abierta entre dos de las principales potencias económicas del planeta, en un contexto ya marcado por conflictos geopolíticos, desaceleración económica global e incertidumbre sobre el futuro del comercio internacional.

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