La Policía de Arizona arrestó a Joshua Runkles tras ingresar al estadio State Farm, en Glendale, armado y haciéndose pasar por agente de seguridad durante los preparativos del funeral del activista conservador Charlie Kirk. El incidente generó alarma entre autoridades y asistentes por la proximidad del evento, considerado de alto riesgo por la Seguridad Nacional de Estados Unidos.
Runkles enfrenta un delito grave por suplantación de autoridad y un delito menor por portar un arma en un lugar prohibido. Según registros de la Oficina del Sheriff del condado de Maricopa, la fiscalía solicitó inicialmente una fianza de 5,000 dólares, pero el tribunal la redujo a 500 dólares con supervisión de los servicios previos al juicio. No se tiene constancia de arrestos previos del sospechoso, y aún no se ha confirmado si cuenta con representación legal.
Preocupación por la seguridad en el funeral
El Servicio Secreto informó que el hombre fue detenido tras exhibir comportamiento sospechoso y portar credenciales policiales inactivas, además de una pistola y un cuchillo. Runkles aseguró estar en el lugar para brindar seguridad privada, lo que fue desmentido por las autoridades federales. El incidente obligó a reforzar los protocolos de seguridad y a establecer perímetros adicionales alrededor del estadio.
Se espera la asistencia del presidente Donald Trump, del vicepresidente JD Vance y de otros altos funcionarios en el funeral del activista, fundador de Turning Point USA, asesinado a tiros el pasado 10 de septiembre en un campus universitario de Utah. Tyler Robinson, de 22 años, fue detenido y acusado del crimen.
El Departamento de Seguridad Nacional clasificó el evento como de nivel 1 en la Escala de Evaluación de Eventos Especiales (SEAR), asignando recursos de seguridad comparables a los de la Super Bowl. Equipos del Servicio Secreto coordinan desde días previos con autoridades estatales y locales para garantizar la seguridad de los asistentes.
La detención de Runkles subraya los riesgos de seguridad que pueden surgir incluso antes de eventos públicos de alto perfil, donde la combinación de armas, suplantación de autoridad y grandes multitudes exige medidas preventivas estrictas.
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