Al menos diez explosiones sacudieron Doha, la capital de Qatar, tras un ataque aéreo israelí dirigido contra líderes de Hamas, según confirmaron las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y el Shin Bet. La operación, descrita como un “bombardeo de precisión”, tuvo como objetivo a altos mandos del grupo islamista, a quienes Israel responsabiliza de la masacre del 7 de octubre de 2023 y de orquestar la guerra en Gaza. Entre los blancos estaban Khalil al-Hayya, principal negociador de Hamas, Zaher Jabarin, Muhammad Darwish y Khaled Mashaal, quienes se reunían en un complejo residencial en el barrio de Katara para discutir una propuesta de alto el fuego presentada por el enviado de EE. UU., Steve Witkoff. Aunque medios como Al-Hadath reportaron inicialmente la muerte de varios líderes, fuentes de Hamas aseguraron a Al Jazeera y Reuters que todos sobrevivieron.
Detalles del ataque y contexto
Las FDI afirmaron que el ataque, ejecutado con armamento de precisión y basado en inteligencia avanzada, buscó minimizar víctimas civiles, aunque no especificaron el lugar exacto en su comunicado inicial. Al Jazeera y un periodista de AFP confirmaron que el bombardeo impactó un complejo utilizado por Hamas en Doha, custodiado por la guardia del emir de Qatar. El portavoz del Ministerio de Exteriores catarí, Majed al Ansari, condenó el ataque como una “agresión criminal” y una “flagrante violación del derecho internacional”, anunciando una investigación de alto nivel. Qatar, mediador clave en las negociaciones entre Israel y Hamas junto con Egipto, expresó que el ataque amenaza la seguridad de sus ciudadanos y residentes.
El ataque ocurrió en un momento crítico de las negociaciones para un alto el fuego en Gaza, impulsadas por EE.UU. bajo la administración de Donald Trump. La propuesta de Witkoff exige la liberación de los 98 rehenes restantes (de los 251 secuestrados el 7 de octubre de 2023), el desarme de Hamas y la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza. El ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, afirmó que Israel aceptó la propuesta, mientras Hamas, liderado por al-Hayya, pidió garantías de un cese total de hostilidades. El bombardeo, sin embargo, fue calificado por un alto cargo de Hamas como un intento de sabotear las conversaciones, tildando la propuesta de Trump como un “documento de rendición”.
Reacciones y consecuencias
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, asumió “plena responsabilidad” por la operación, que fue concebida y ejecutada exclusivamente por Israel, según su oficina. EE.UU. fue informado previamente, según fuentes citadas por CNN, pero la acción generó críticas internacionales.
La Embajada de EE. UU. en Qatar emitió una orden de confinamiento, y Qatar Airways continuó operando pese al sobrevuelo de un avión militar catarí. En X, usuarios como @MiddleEastEye condenaron el ataque como una “escalada peligrosa”, mientras @IDF justificó la operación como un golpe a los “cerebros” detrás del 7 de octubre.
Impacto regional
El ataque marca una escalada significativa, ya que es la primera vez que Israel bombardea directamente territorio catarí, un país neutral que alberga la base aérea de Al-Udeid, usada por EE.UU. La acción coincide con otros frentes abiertos por Israel en Gaza, Líbano, Siria y Túnez, y con una orden de evacuación total de Ciudad de Gaza emitida el mismo día.
La guerra, iniciada tras el ataque de Hamas que mató a 1,200 personas y tomó 251 rehenes, ha dejado más de 64,000 muertos en Gaza, según el Ministerio de Salud local, y ha generado una crisis humanitaria con 376 muertes por hambruna. Este nuevo episodio complica las negociaciones y aumenta la tensión en Oriente Medio, mientras Trump presiona por un acuerdo antes de su investidura el 20 de enero de 2026.
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