En su mensaje por el Día de la Independencia, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, calificó como “traidores de la patria” a políticos que intentan influir en asuntos internos del país. Subrayó que Brasil mantiene relaciones amistosas con todos los países, pero no “aceptará órdenes de nadie”, en medio de tensiones con Estados Unidos por sanciones a jueces del Supremo vinc7ladas al juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro.
Brasil defiende su independencia frente a presiones internacionales
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, pronunció un firme mensaje por el Día de la Independencia en el que criticó a los “traidores de la patria” y aseguró que Brasil no acepta órdenes de ningún país extranjero. “No somos ni volveremos a ser colonia de nadie. Somos capaces de gobernar y cuidar de nuestra tierra y de nuestra gente, sin la interferencia de ningún gobierno extranjero”, afirmó Lula.
Durante su discurso, que duró alrededor de cinco minutos y en el que portaba una corbata con los colores de la bandera nacional, el mandatario destacó que “Brasil tiene un único dueño: el pueblo brasileño” y defendió la independencia entre los tres poderes establecida en la Constitución.
Tensiones con Estados Unidos y el juicio a Bolsonaro
El mensaje del líder progresista se da en el contexto de sanciones impuestas por el presidente de EE. UU. a jueces del Supremo brasileño y a autoridades del país, como represalia por el juicio al expresidente Jair Bolsonaro, acusado de golpismo tras perder las elecciones de 2022. Bolsonaro afronta un proceso penal que podría derivar en hasta 40 años de prisión, junto a antiguos ministros y mandos militares de su gobierno.
Lula también criticó indirectamente a miembros de la familia Bolsonaro, señalando que algunos políticos “estimulan ataques contra Brasil” y “solo defienden sus intereses personales. Son traidores a la patria. La historia no los perdonará”. Estas declaraciones aluden al diputado Eduardo Bolsonaro, quien desde hace seis meses reside en EE. UU., y habría colaborado para que la administración estadounidense presionara al Supremo brasileño y al gobierno de Lula.
Impacto económico y político de las sanciones
La campaña internacional apoyada por Bolsonaro y su hijo resultó en sanciones de EE. UU., incluida la revocación de visas a jueces del Supremo y ministros, así como aranceles del 50 % sobre ciertas importaciones brasileñas. Estas medidas buscan influir en la justicia brasileña para favorecer al exmandatario.
A pesar de las tensiones, Lula recalcó que Brasil mantiene “relaciones amistosas con todos los países”, pero que no cederá ante presiones externas y continuará defendiendo su soberanía y la independencia de sus instituciones.
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