En un ambiente de alta tensión política y social, decenas de miles de estadounidenses salieron este sábado a las calles en ciudades como Nueva York, Atlanta y Los Ángeles para protestar contra la postura autoritaria del presidente Donald Trump, en la que ya se perfila como la mayor oleada de manifestaciones desde que el mandatario republicano regresó al poder en enero.
Las protestas coincidieron con el 250 aniversario del Ejército de Estados Unidos, que Trump celebró con un desfile masivo en Washington D.C., protagonizado por tropas, vehículos militares y aviones de combate. Las celebraciones se dieron en el marco del 79 cumpleaños del presidente.
Sin embargo, la jornada se vio ensombrecida por el asesinato de la legisladora demócrata Melissa Hortman y el ataque armado contra el senador estatal John Hoffman, ambos en Minnesota, en un crimen que las autoridades califican como un acto de extremismo político premeditado.
Bajo el lema “No a los reyes”, más de dos mil concentraciones fueron convocadas en todo el país para expresar el rechazo a lo que los organizadores describen como una deriva autoritaria en la presidencia de Trump, advirtiendo que “ningún individuo está por encima de la ley”.
Las protestas fueron especialmente intensas en Los Ángeles, donde el presidente ordenó el despliegue de la Guardia Nacional e infantes de marina. Esta decisión fue impugnada judicialmente por el gobernador de California, Gavin Newsom, quien denunció el uso de las fuerzas federales como una provocación innecesaria en uno de los bastiones demócratas del país.
Minnesota, paralizada por el asesinato político
En Minnesota, todas las marchas previstas fueron canceladas tras el asesinato de Melissa Hortman y el intento de homicidio contra Hoffman, quien permanece hospitalizado. El gobernador Tim Walz condenó el ataque como un “asesinato con motivaciones políticas”, y líderes demócratas como Chuck Schumer alertaron que este tipo de violencia es resultado directo de la retórica de odio y polarización.
“Estos asesinatos no son sólo horribles, son un ataque directo a nuestra democracia”, expresó Schumer.
Trump se defiende en medio de críticas
Pese a las protestas y condenas, el presidente Trump ratificó su rechazo al atentado en Minnesota y calificó los hechos como “una violencia tan horrible que no será tolerada en Estados Unidos”. No obstante, sus críticos argumentan que el propio presidente ha contribuido a un clima de confrontación política, al tiempo que organiza eventos de carácter militarista y promueve discursos divisivos.
El desfile militar de este sábado, criticado por amplios sectores de la sociedad y del Congreso, tuvo un costo estimado entre 25 y 45 millones de dólares, de acuerdo con funcionarios citados por Reuters. La cifra incluye el despliegue, traslado de equipos y gastos operativos de las tropas.
La Casa Blanca ha justificado el evento como una “demostración de patriotismo y poderío nacional”, pero voces opositoras insisten en que se trata de un despilfarro de recursos públicos en medio de un país agitado por protestas, violencia política y una economía en tensión.
Mientras tanto, el Monumento a Washington y otras áreas emblemáticas del centro capitalino permanecen acordonadas con vallas metálicas y concreto, simbolizando el profundo blindaje de una administración que enfrenta no solo protestas en las calles, sino también una creciente desconfianza institucional.
