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    Paraguay declara grupo terrorista al Cartel de los Soles vinculado a Maduro

    El gobierno de Paraguay avanza hacia una decisión histórica: declarar al Cartel de los Soles como organización terrorista. La medida fue aprobada en el Senado y ahora solo depende de la firma del presidente Santiago Peña para entrar en vigor. Con esta acción, el país sudamericano se suma a Ecuador, que hace apenas unos días adoptó la misma postura contra el grupo criminal liderado por Nicolás Maduro. El señalamiento pone más presión internacional sobre Caracas, donde el régimen chavista enfrenta creciente aislamiento y múltiples acusaciones de narcoterrorismo.

    Alineación regional contra el narcoterrorismo

    La iniciativa paraguaya refuerza la tendencia de varios gobiernos latinoamericanos que buscan catalogar al Cartel de los Soles como una amenaza global. En julio pasado, el Departamento del Tesoro de EE. UU. lo designó como “Terrorista Global Especialmente Asignado”, equiparándolo a grupos como Al Qaeda o el Estado Islámico.

    Posteriormente, Ecuador formalizó un decreto ejecutivo para investigarlo dentro de su política de “conflicto armado interno”. Ahora, Paraguay sigue el mismo camino, advirtiendo que el grupo no solo trafica drogas, sino que también lava dinero, comercia armas y coordina con otras bandas de la región.

    El Cartel de los Soles funciona como un facilitador de rutas para organizaciones criminales como el Cartel de Sinaloa en México o el Tren de Aragua en Venezuela. Según autoridades internacionales, la red dirigida por altos mandos militares venezolanos se ha convertido en un eje del narcotráfico continental.

    Recompensas y acusaciones en EE. UU.

    Washington elevó el tono en agosto, al incrementar la recompensa por información que conduzca a la captura de Nicolás Maduro hasta 50 millones de dólares. Esta cifra supera incluso la que en su momento ofreció la Casa Blanca por Osama Bin Laden. El general Vladimir Padrino López, ministro de Defensa de Venezuela, también ha sido señalado como uno de los líderes clave de la organización delictiva, al lado del propio Maduro.

    Las acusaciones contra el Cartel de los Soles no son nuevas. En marzo de 2020, la Corte del Distrito Sur de Nueva York imputó a Maduro por conspiración para importar cocaína, conspiración para poseer ametralladoras y delitos de narcoterrorismo. Desde entonces, el régimen venezolano ha sido acusado de coordinar envíos de toneladas de cocaína junto a las FARC y de proporcionar armas militares a esa guerrilla.

    Maduro y sus alianzas con criminales internacionales

    El régimen chavista no solo ha reforzado su control interno mediante los militares, a quienes otorga crecientes privilegios, sino que también ha buscado respaldo en alianzas criminales. Informes internacionales indican que Maduro negoció directamente con capos del narcotráfico hondureño y con jefes de las FARC para expandir sus operaciones.

    Incluso, testimonios en el juicio de Joaquín “El Chapo” Guzmán en Nueva York revelaron cómo el Cartel de los Soles facilitaba pistas aéreas en Maracaibo para que aviones cargados de cocaína despegaran hacia México y otros destinos.

    Las conexiones con Guzmán, hoy recluido en la prisión de máxima seguridad ADX Florence en Colorado, fueron confirmadas en tribunales estadounidenses a partir de escuchas y documentos presentados por la Fiscalía. Para los investigadores, esas pruebas consolidan el vínculo directo entre Maduro y el crimen transnacional.

    Aislamiento y crisis interna en Venezuela

    Mientras crecen las denuncias y sanciones internacionales, Maduro enfrenta una crisis interna cada vez más profunda. Venezuela acumula siete millones de ciudadanos en el exilio, un colapso económico sin precedentes y un aparato represivo que mantiene a cientos de presos políticos.

    Aislado y con índices de popularidad en caída libre, el mandatario depende del apoyo militar para sostenerse en el poder. Sin embargo, los señalamientos sobre la relación de sus aliados castrenses con el Cartel de los Soles debilitan aún más su legitimidad ante la comunidad internacional.

    La declaración de Paraguay representa un nuevo golpe político para el régimen. Con Ecuador y Washington ya alineados, la presión podría aumentar si otros países de la región adoptan medidas similares. Para analistas internacionales, el mensaje es claro: la comunidad regional comienza a tratar al Cartel de los Soles no como un problema de narcotráfico aislado, sino como una amenaza directa a la seguridad hemisférica.

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