Portugal anunció este domingo el reconocimiento formal del Estado palestino, alineándose con el Reino Unido, Canadá y Australia, que adoptaron la misma medida apenas horas antes. El ministro de Exteriores, Paulo Rangel, aseguró que la decisión responde a una política “coherente, fundamental y consensuada” dentro del país. Además, recalcó que Lisboa “defiende la solución de dos Estados como la única vía para lograr una paz justa y duradera”. El gesto coloca a Portugal en un bloque que desafía la postura israelí y, de paso, añade presión en la antesala de la Asamblea General de la ONU, donde se discutirá el futuro de Palestina en el marco del proceso de paz.
Una oleada de reconocimientos agita la política internacional
El anuncio portugués se produjo en Nueva York, donde el propio Rangel compareció ante la prensa internacional. “El reconocimiento del Estado palestino constituye un paso clave en nuestra política exterior”, subrayó el canciller luso. Con estas palabras, Portugal no solo se sumó a la tendencia marcada por Londres, Ottawa y Canberra, sino que también reforzó el carácter de esta ofensiva diplomática en bloque.
La noticia impacta porque ninguno de estos países pertenece al grupo de naciones que históricamente habían reconocido a Palestina. Hasta la fecha, 147 gobiernos en todo el mundo avalaban la soberanía palestina, pero ninguno era miembro del G7. Ahora, la incorporación de tres potencias occidentales y de Portugal cambia el mapa diplomático. “Este reconocimiento es un movimiento que busca mantener viva la posibilidad de un acuerdo de dos Estados”, explicó Rangel.
El trasfondo histórico añade fuerza a la decisión. El Reino Unido, como antigua potencia colonial y responsable de la Declaración Balfour de 1917 —documento que allanó el camino para la creación del Estado de Israel—, envió un mensaje simbólico al reconocer oficialmente a Palestina. El primer ministro británico, Keir Starmer, grabó un video en el que defendió la medida como un “esfuerzo internacional coordinado” para garantizar que la opción de dos Estados no desaparezca.
“Hamas es una organización terrorista brutal”, dijo Starmer. “Nuestro reconocimiento no es una recompensa al terror. Al contrario, es la vía para asegurar que Hamas no tenga futuro en la región ni un rol en el gobierno”. Con estas declaraciones, buscó blindar la medida de las críticas internas y externas, que señalan el riesgo de premiar a grupos violentos tras la masacre del 7 de octubre.
Netanyahu responde con dureza y amenaza con bloquear el proceso
Desde Jerusalén, el primer ministro Benjamin Netanyahu reaccionó con contundencia. “Tengo un mensaje claro: no habrá Estado palestino al oeste del Jordán”, declaró en una comparecencia. Para el líder israelí, los países que reconocen la soberanía palestina “están premiando al terrorismo” y, según dijo, “ponen en riesgo la existencia misma de Israel”.
Netanyahu endureció su posición respecto a semanas anteriores, cuando ya había advertido que un Estado palestino sería “un absurdo premio al terrorismo”. Ahora, en vísperas de la Asamblea General, elevó el tono y prometió oponerse con todas sus fuerzas a esta iniciativa.
Mientras tanto, la Autoridad Nacional Palestina celebró la decisión. Mahmoud Abbas, líder palestino, afirmó que este giro diplomático “abre una esperanza real para una paz duradera en Medio Oriente”. La ONU se prepara para un debate que, con esta avalancha de reconocimientos, gana un nuevo cariz político.
El pulso está servido: Occidente parece dividirse entre quienes buscan rescatar la solución de dos Estados y quienes, como Israel y sus aliados más cercanos, rechazan cualquier fórmula que otorgue legitimidad a Palestina en este momento.
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