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    La corona vuelve al Louvre: lo que se sabe del robo y el polémico video

    Las autoridades francesas confirmaron que una de las piezas sustraídas, una corona del siglo XIX, fue abandonada durante la huida y sufrió daños, mientras continúan las investigaciones para localizar al resto del botín y a los responsables.

    La investigación sobre el robo de joyas del Museo del Louvre avanza tras confirmarse la recuperación parcial del botín. Entre los objetos sustraídos, una corona perteneciente a la emperatriz Eugenia de Montijo fue encontrada abandonada durante la huida de los ladrones y resultó dañada.

    La pieza, que data del siglo XIX y contiene 1,354 diamantes y 56 esmeraldas, fue creada para la Exposición Universal de 1855 y representa un valor patrimonial incalculable.

    La fiscal de París, Laure Beccuau, informó que se abrió un procedimiento por robo en banda organizada y asociación de malhechores. Los cuatro individuos que perpetraron el robo, calificados como “profesionales” por los ministros del Interior y Cultura, actuaron sin violencia y en menos de siete minutos lograron sustraer varias piezas de alto valor histórico. Entre ellas destacan diademas de la reina María Amelia y la reina Hortensia, collares de zafiros y esmeraldas, pendientes y broches del Segundo Imperio.

    Revisión del supuesto video de los hechos

    En redes sociales ha circulado un video en el que se observa a un hombre con chaleco amarillo intentando forzar una vitrina de la galería Apolo. Hasta el momento, las autoridades no han confirmado la autenticidad del material audiovisual, pero se está utilizando como parte de la investigación para identificar a los responsables y establecer la secuencia de la huida.

    El presidente francés, Emmanuel Macron, calificó el robo como “un ataque a un patrimonio que apreciamos porque es nuestra historia” y aseguró que se está trabajando intensamente para recuperar todas las piezas y llevar ante la justicia a los culpables. La ministra de Cultura, Rachida Dati, destacó que se trata de un problema histórico en Francia, donde los museos con gran patrimonio siempre han sido blanco de delincuentes, y recordó que el Louvre había solicitado una auditoría de seguridad a la Prefectura de Policía.

    Por su parte, el senador comunista Ian Brossat cuestionó que las advertencias previas de los empleados del museo no fueron atendidas. Recordó la huelga sorpresa del 16 de junio, en la que se denunciaba la falta de personal de seguridad y la reducción de 200 empleados en los últimos cinco años. Esta situación habría facilitado la acción rápida y coordinada de los ladrones.

    Medidas y seguridad reforzada

    El Louvre permaneció cerrado durante todo el día del robo para asegurar la evacuación de los visitantes y permitir la evaluación inicial de los daños. Los expertos en seguridad continúan revisando los sistemas de monitoreo, protocolos de custodia de las piezas y recorridos internos de vigilancia. Además, se coordina con la policía judicial y la Prefectura de París para rastrear los objetos aún no recuperados.

    Aunque el robo fue cometido sin violencia física, la pérdida temporal del patrimonio histórico generó alarma en el sector cultural y turístico. Las autoridades enfatizan que la coordinación entre el museo, la fiscalía y las fuerzas de seguridad permitirá evitar que hechos similares se repitan.

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