El número de personas fallecidas tras el tiroteo masivo ocurrido durante una celebración judía en el balneario de Bondi Beach, en Sídney, Australia, aumentó a 16, confirmaron autoridades policiales la mañana de este lunes. El ataque, perpetrado en pleno inicio de Janucá y ante la presencia de alrededor de mil asistentes, dejó además al menos 40 personas hospitalizadas, varias de ellas en estado grave, y ha sido catalogado como el episodio de violencia antisemita más letal registrado en el país en los últimos años.
La policía de Nueva Gales del Sur informó a través de redes sociales que el saldo actualizado incluye a 16 víctimas mortales, aunque no precisó si entre ellas se encuentra alguno de los presuntos agresores, uno de los cuales murió en el lugar y otro permanecía en estado crítico. Las autoridades mantienen bajo reserva varios detalles mientras avanzan las investigaciones y se esclarece el número definitivo de responsables involucrados.
De acuerdo con los primeros reportes, el ataque se extendió por aproximadamente diez minutos en una tarde calurosa de verano, generando escenas de pánico entre cientos de personas que huyeron por la arena, calles y parques cercanos. Testigos relataron haber escuchado entre 40 y 50 detonaciones, mientras familias enteras abandonaban pertenencias para ponerse a salvo.
Un acto heroico evitó una tragedia mayor
Autoridades estatales reconocieron que el número de víctimas pudo haber sido considerablemente mayor de no ser por la intervención de un civil. El transeúnte fue identificado por medios locales como Ahmed al-Ahmed, de 43 años, comerciante de una frutería, quien se abalanzó por la espalda contra uno de los atacantes, forcejeó con él y logró despojarlo de un rifle.
El primer ministro del estado de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, calificó al ciudadano como “un auténtico héroe” y aseguró que “hay muchísima gente viva esta noche gracias a su valentía”. El momento fue captado en video y se difundió ampliamente en redes sociales, convirtiéndose en uno de los símbolos del ataque.
Paralelamente, una unidad especializada trabajó en la desactivación de presuntos artefactos explosivos improvisados localizados en la zona, lo que incrementó la tensión durante las labores de seguridad. Mike Burgess, alto funcionario de inteligencia, señaló que las autoridades ya tenían conocimiento previo de uno de los presuntos atacantes, aunque no era considerado una amenaza inmediata.
Condena nacional e internacional
El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, convocó de inmediato al Consejo de Seguridad Nacional y calificó el ataque como “un acto de pura maldad”. Subrayó que se trató de un atentado dirigido contra la comunidad judía australiana en una fecha que debía ser de celebración.
“Este es un momento oscuro para nuestra nación. Nuestra policía y agencias de seguridad están trabajando para identificar a cualquier persona asociada con este ultraje”, afirmó Albanese ante la prensa.
Habitantes de la zona describieron escenas de terror. Marcos Carvalho, residente de Bondi Junction, relató que las personas corrieron dejando atrás sandalias y mochilas. Grace Mathew, vecina del área, dijo que el ambiente cambió en segundos, al pasar de un día festivo a una estampida provocada por los disparos.
El ataque se inscribe en un contexto de aumento de incidentes antisemitas en Australia, con agresiones contra sinagogas, edificios y vehículos desde el inicio de la guerra entre Israel y Gaza en octubre de 2023. Las autoridades reforzaron la seguridad en comunidades judías y eventos públicos mientras continúan las investigaciones.
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