Un nuevo episodio de tensión se registró en el estratégico mar Meridional este lunes 11 de agosto, cuando dos embarcaciones del régimen chino colisionaron mientras perseguían a una patrullera filipina cerca del atolón de Scarborough, una de las zonas más conflictivas de esta disputada vía marítima. El choque, que fue documentado en video por la Guardia Costera de Filipinas, ha sido utilizado por Manila para denunciar maniobras peligrosas y agresivas por parte de Beijing.
Según informó la Guardia Costera filipina, el incidente involucró al buque CCG 3104, que en alta velocidad acosaba al BRP Suluan, una patrullera filipina que protegía a unos 35 barcos pesqueros nacionales. Durante la maniobra, el buque chino chocó con un navío de la Armada china, lo que provocó “daños sustanciales al castillo de proa” y dejó la embarcación “no apta para navegar”. La tripulación china no aceptó la oferta de ayuda de los filipinos, informó el portavoz Jay Tarriela.
El video difundido en redes sociales, en particular en X, busca contrarrestar versiones oficiales de Beijing que, según Manila, intentan manipular la narrativa. “Siempre culpan a otros en lugar de asumir responsabilidad”, afirmó Tarriela durante una conferencia de prensa virtual.
Escalada en una zona clave para el comercio mundial
El atolón de Scarborough, también conocido como Bajo de Scarborough, se encuentra en el centro de una disputa territorial entre China y Filipinas. Desde 2012, Beijing ejerce control de facto en la zona, pese a que en 2016 el Tribunal Permanente de Arbitraje declaró infundadas sus reclamaciones sobre casi toda el área marítima.
Esta ruta es crucial: por ella pasa aproximadamente el 30 % del comercio global, alberga el 12 % de los caladeros mundiales y posee importantes reservas de petróleo y gas natural. Por ello, cualquier enfrentamiento en esta zona tiene implicaciones geopolíticas y económicas de gran alcance.
Filipinas endurece posturas frente a China
Filipinas ha endurecido su postura frente a China desde que Ferdinand Marcos Jr. asumió la presidencia en 2022. Su gobierno ha reforzado la cooperación militar con Estados Unidos y ha adoptado una línea más firme en la defensa de sus derechos marítimos, especialmente frente a maniobras que Manila considera intimidatorias y peligrosas, como el uso de cañones de agua contra sus patrulleras.
La tensión también se intensifica por el acercamiento diplomático de Filipinas con Taiwán, lo que ha irritado a Beijing. Marcos ha abierto la puerta a contactos oficiales con Taipei y advirtió recientemente que una posible invasión china a Taiwán implicaría directamente a su país en el conflicto. “Si hay guerra, será cerca de nosotros. No podemos ignorarlo”, dijo el mandatario.
En declaraciones en Nueva Delhi, Marcos reconoció que Filipinas no podrá permanecer neutral en un posible enfrentamiento entre China y Estados Unidos por Taiwán, dada su ubicación estratégica y la presencia de miles de filipinos en la isla.
Este choque naval se suma a una serie de incidentes que evidencian el riesgo latente en el mar Meridional, donde la rivalidad China-Estados Unidos complica aún más las disputas territoriales tradicionales. La combinación de maniobras agresivas, control de recursos naturales y tensiones geopolíticas hacen que cualquier choque pueda escalar con consecuencias regionales y globales.
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