El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que no procederá con el incremento del 50% en los aranceles al acero y aluminio provenientes de Canadá, una medida que había sostenido en días recientes. Los gobiernos de ambos países sostuvieron negociaciones en las que abordaron las relaciones comerciales y los efectos de las tarifas sobre la economía, lo que llevó a la decisión final.
Negociaciones clave para revertir la medida
Peter Navarro, asesor comercial de la Casa Blanca, confirmó la decisión y señaló que la administración de Trump optó por no implementar el incremento tras un proceso de diálogo. Durante una conferencia de prensa, cuando le preguntaron sobre la posibilidad de revertir la medida, Navarro respondió de manera directa: «puedo confirmarles eso».
Uno de los factores que influyeron en esta determinación fue la decisión del primer ministro de Ontario, Doug Ford, de suspender el recargo sobre las exportaciones de electricidad hacia Estados Unidos. Ford tomó esta medida después de que el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, aceptara reunirse con él en Washington para discutir el estado de las relaciones económicas bilaterales.
Cambio de postura tras la amenaza arancelaria
Días antes, Trump había anunciado su intención de elevar los aranceles al acero y aluminio canadiense hasta un 50%, argumentando que era una represalia por el aumento en la factura energética de Ontario. La aplicación de la medida estaba prevista para el miércoles 12 de marzo.
El anuncio de la Casa Blanca se produce en un contexto de tensión comercial entre ambos países, con un enfoque de proteccionismo por parte de la administración estadounidense. Sin embargo, las negociaciones evitaron una escalada en la imposición de tarifas que podría haber afectado a diversas industrias en Norteamérica.
Esta decisión también ha sido bien recibida por sectores industriales y comerciales en ambos países, que temían afectaciones en la cadena de suministro y un aumento en los costos de producción. Analistas señalan que la cooperación bilateral sigue siendo clave para garantizar estabilidad en el comercio regional. Además, expertos en relaciones internacionales destacan que este tipo de acuerdos refuerzan la interdependencia económica y reducen el riesgo de conflictos comerciales prolongados.
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