Un video que captura a turistas en la playa Sarakiniko de la isla de Gavdos, al sur de Grecia, empujando un bote con migrantes para evitar su desembarco se volvió viral en redes sociales, generando un intenso debate sobre la crisis migratoria y las políticas de asilo griegas.
Filmado el sábado 13 de septiembre, el clip muestra a bañistas ingresando al agua para alejar con sus manos una embarcación con solicitantes de asilo provenientes de Libia, mientras les indican que no desembarquen y los redirigen al puerto de Karave, según medios locales. El incidente, ocurrido en el contexto de un aumento del 40% en llegadas de migrantes a Gavdos y Creta en 2025 (7,336 hasta junio, per la Guardia Costera Helénica), refleja las tensiones entre residentes, turistas y el endurecimiento de las políticas migratorias del gobierno de Kyriakos Mitsotakis.
Los hechos: Un acto de rechazo captado en video
El sábado, un bote inflable con aproximadamente 30 migrantes, en su mayoría de Libia, Egipto, Túnez, Argelia, Pakistán y Bangladesh, intentó llegar a Sarakiniko, una playa famosa por su paisaje lunar en Gavdos, el punto más austral de Europa. En el video, compartido en TikTok por @alexanagn4 con el pie de foto en griego “Vinieron por nada, chicos, buen viaje de regreso”, se ve a una decena de bañistas, algunos en traje de baño, empujando el bote mientras gritan instrucciones para que se dirijan al puerto. Fuentes de la Guardia Costera aclararon que los turistas actuaron para evitar que el bote encallara en aguas poco profundas, y un patrullero de Frontex escoltó la embarcación a Karave, a 3 km, donde los migrantes fueron registrados.
El video, que acumula más de 500,000 vistas en TikTok y X, desató reacciones polarizadas. En X, un post de @Cilvrnum del 16 de septiembre con el enlace al Daily Mail obtuvo 10,000 interacciones: “¡Migrantes rechazados por bañistas en Gavdos!”. Mientras algunos aplaudieron el “patriotismo” de los turistas, otros condenaron la acción como inhumana, con comentarios como: “Empujar un bote con niños es cruel; necesitan ayuda, no rechazo”. La UNHCR expresó preocupación, señalando que las políticas griegas podrían penalizar a personas que requieren protección internacional.
Contexto: Una crisis migratoria en ascenso
El incidente ocurre tras un aumento significativo de llegadas por mar desde Libia: 7,336 migrantes alcanzaron Creta y Gavdos hasta junio de 2025, frente a 4,935 en todo 2024, según la Guardia Costera Helénica. Gavdos, con solo 70 habitantes, enfrenta una presión desproporcionada: en un fin de semana, 850 personas arribaron, saturando instalaciones temporales como la de Agia, en Creta, con 1,200 migrantes. Residentes locales, citados por IBTimes UK, denuncian que los migrantes “solo hacen fiestas” y ensucian playas, alimentando tensiones.
El gobierno de Mitsotakis, en el poder desde 2019, ha implementado medidas estrictas: una valla en la frontera norte con Turquía, patrullas marítimas reforzadas y una ley aprobada el 3 de septiembre que impone hasta 24 meses de detención y multas de 10,000 euros a migrantes indocumentados de países “seguros” según la UE, además de suspender solicitudes de asilo por tres meses desde julio. El ministro de Inmigración, Thanos Plevris, anunció el lunes que los migrantes de Gavdos serán trasladados al continente en “dos o tres días”, con vuelos programados a Pakistán, Bangladesh y Egipto.
Centros de detención: El modelo “Trumpiano” de Mitsotakis
Grecia avanza en una red de centros de detención en islas como Lesbos, Quíos, Samos y Leros, con el proyecto Vastria en Lesbos —capaz de albergar 5,000 personas— como el más ambicioso. Aunque aún no inaugurado por disputas legales, Vastria ha sido criticado por ONG como el Greek Council for Refugees por condiciones “inhumanas”: contenedores sin electricidad ni agua corriente, hacinamiento y falta de intérpretes. Amnistía Internacional y Human Rights Watch han acusado a Grecia de “devoluciones en caliente” ilegales, con 12 casos bajo investigación por la UE. La suspensión de asilo y las repatriaciones masivas, comparadas con tácticas de Trump, han generado críticas internacionales, pero Plevris defiende: “Los derechos de los griegos a proteger su país están primero”.
El incidente en Sarakiniko no es aislado; refleja una Europa cada vez más cerrada a la migración tras la crisis de 2015-2016, cuando un millón de personas cruzaron el Mediterráneo. La acción de los turistas, aunque no violenta según el video, simboliza el hartazgo local ante la falta de infraestructura en Gavdos, donde no hay centros de recepción formales. Sin embargo, empujar un bote con posibles menores a bordo plantea dilemas éticos, especialmente tras tragedias como el naufragio de Adriana en 2023, que dejó 600 muertos frente a Pylos. La UNHCR urge procedimientos rápidos para identificar refugiados legítimos, mientras el gobierno griego prioriza la disuasión.
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