El Aeropuerto Internacional Benito Juárez (AICM) vivió un domingo negro para sus pasajeros. Las fuertes lluvias que azotaron la Ciudad de México provocaron inundaciones que paralizaron las operaciones durante más de cuatro horas, dejando a miles de viajeros varados, sin vuelos y sin respuestas claras.
La tormenta dejó charcos profundos en pistas, pasillos y áreas de espera, lo que dificultó el tránsito de personas y generó condiciones peligrosas tanto para usuarios como para trabajadores. Los sistemas de drenaje colapsaron, y el agua logró filtrarse incluso dentro de las terminales 1 y 2, afectando equipos electrónicos y comunicaciones clave para la operación del aeropuerto.
Las filas para registrarse y pasar seguridad se extendieron por más de dos horas. Algunos pasajeros cansados de la falta de información abandonaron la terminal, mientras otros se resignaron a esperar sin certeza sobre cuándo podrían abordar sus vuelos. La confusión fue total y los reclamos estallaron en redes sociales, donde videos y fotos mostraron el caos en tiempo real.
El cierre parcial de operaciones se comunicó oficialmente hasta casi las nueve de la noche, cuando ya se acumulaban horas de retrasos y cancelaciones. La dirección del aeropuerto justificó la suspensión alegando la baja visibilidad y la prioridad de garantizar la seguridad. Sin embargo, para los pasajeros no fue suficiente.
Diversas aerolíneas anunciaron la cancelación y reprogramación masiva de vuelos nacionales e internacionales. Destinos como Bogotá, Cancún, Punta Cana, El Cairo y Monterrey quedaron sin servicio o con grandes demoras. La molestia creció por la falta de comunicación oportuna y la insuficiente atención al usuario durante la crisis.
Acceso bloqueado y caos también en las vialidades alrededor del aeropuerto
La congestión no se limitó al interior del AICM. Las avenidas de acceso como Circuito Interior, Bulevar Puerto Aéreo y Eje 1 Norte quedaron bloqueadas por inundaciones y tráfico detenido. Taxis y autobuses suspendieron operaciones, dejando a muchos pasajeros y familiares atrapados sin poder entrar o salir.
El Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) reconoció los daños y pidió disculpas, activando protocolos de emergencia y enviando brigadas para limpiar y desazolvar zonas críticas. El gobierno capitalino implementó el “Plan Tláloc” para ayudar a evacuar agua en puntos estratégicos como La Viga y Calzada Ignacio Zaragoza, pero los trabajos no fueron suficientes para liberar todos los accesos rápidamente.
Este nuevo episodio reaviva el debate sobre la infraestructura aeroportuaria mexicana, que en múltiples ocasiones ha mostrado ser insuficiente ante eventos climáticos. Con el Mundial de Futbol 2026 a la vuelta de la esquina, la pregunta se vuelve más urgente: ¿está el AICM preparado para la llegada de millones de turistas internacionales?
Usuarios expresaron frustración en redes
En redes sociales, usuarios expresaron su frustración por la falta de inversión en mantenimiento y la insuficiente respuesta ante situaciones que deberían ser previsibles. Algunos señalaron que la tarifa que pagan por el uso del aeropuerto (TUA) debería reflejar una mejora real en servicios y mantenimiento, no cubrir deudas de proyectos cancelados como el aeropuerto de Texcoco.
Finalmente, el caos en el AICM generó un efecto dominó en toda la movilidad capitalina. Varios tramos del Metro, Metrobús y transporte público complementario suspendieron servicio debido a inundaciones y daños, complicando aún más la llegada o salida de los viajeros.
Este domingo de lluvias dejó al descubierto las grietas de un sistema aeroportuario y de transporte que urge modernización y planeación realista, para evitar que situaciones como esta vuelvan a paralizar a miles de personas sin que nadie asuma la responsabilidad.
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