El número de fallecidos por la explosión de una pipa de gas en el Puente de la Concordia, en Iztapalapa, ascendió a 32 tras la muerte de Tiffany Odette Cano González, de 16 años. La joven permanecía hospitalizada desde el siniestro ocurrido el 10 de septiembre. Su hijo de dos años continúa internado en estado delicado. De acuerdo con la Secretaría de Salud capitalina, cinco personas siguen hospitalizadas y 47 fueron dadas de alta.
Gobierno capitalino asegura reparación integral de daños
Tiffany viajaba con su familia cuando fueron alcanzados por las llamas. Su padre, Misael Cano Rodríguez, empleado del área de Imagen Urbana de la alcaldía Iztapalapa, murió en el lugar. Ambos estaban dentro de un vehículo que fue consumido por el fuego tras la volcadura y posterior explosión de una pipa que transportaba más de 49 mil litros de gas LP. El conductor de la unidad, identificado como Fernando Soto Munguía, de 34 años, también perdió la vida en el accidente.
Otro de los casos que marcaron el siniestro fue el de Alicia Matías Teodoro, de 49 años, quien murió dos días después con quemaduras en más del 90 % de su cuerpo, tras intentar proteger a su nieta Jazlyn Azulet, de dos años. La menor fue trasladada a Texas, donde recibe tratamiento especializado con el apoyo de la Fundación Michou y Mau.
La jefa de Gobierno, Clara Brugada, informó que la instalación del Comité de Solidaridad para las víctimas se concretará cuando la empresa responsable garantice la reparación del daño. “La empresa debe responder. Ningún comité se formará sin que antes se cumpla con la reparación integral a todas las familias afectadas”, afirmó la mandataria.
Brugada destacó que dicho comité no sustituirá las investigaciones judiciales ni la rendición de cuentas. “El objetivo es acompañar a las familias y dar transparencia al proceso, pero la empresa tendrá que asumir todas las consecuencias legales y económicas”, puntualizó.
Fiscalía investiga negligencia en transporte y antecedentes del chofer
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México confirmó que el chofer de la pipa había tenido dos accidentes previos. Según los peritajes, circulaba a más de 40 kilómetros por hora, rebasando el límite permitido, cuando perdió el control sobre Calzada Ignacio Zaragoza. El vehículo volcó y provocó una fuga masiva de gas, seguida de una explosión que alcanzó un radio de 180 metros.
Más de 30 automóviles quedaron reducidos a chatarra y varios comercios sufrieron daños estructurales. Testigos relataron que las llamas superaron los 30 metros de altura y el fuego tardó más de una hora en ser controlado.
La fiscal Bertha Alcalde Luján señaló que se analizan los materiales del contenedor para determinar si existía una falla de origen o deficiencia en el mantenimiento. “Estamos integrando una carpeta robusta que permita deslindar responsabilidades. La prioridad es la reparación integral del daño”, afirmó.
Empresa dueña de la pipa promete colaborar con autoridades
Transportadora Silza, propietaria de la unidad siniestrada, aseguró que ya compareció ante el Ministerio Público y que cooperará en todas las fases del proceso. En un comunicado, la empresa indicó que dispone de seguros vigentes y de un fondo adicional para cubrir las indemnizaciones correspondientes.
El gobierno capitalino prepara, además, una iniciativa para reforzar la regulación del transporte de materiales peligrosos en zonas urbanas. La propuesta incluirá límites de horario, rutas controladas y sanciones más severas a empresas que incumplan las normas de seguridad.
A más de un mes del siniestro, la muerte de Tiffany reabre el debate sobre la falta de supervisión en el manejo de gas LP y el papel de las autoridades en la prevención de accidentes industriales. Las familias afectadas continúan exigiendo justicia, transparencia y un compromiso real de las empresas con la seguridad pública.
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