Claudia Sheinbaum ha logrado lo que pocos líderes mundiales: mantener una audiencia masiva conectada todos los días a una conferencia de prensa de varias horas. Con su estilo firme pero menos confrontativo que el de Andrés Manuel López Obrador, la presidenta mexicana convirtió las mañaneras en un espectáculo híbrido entre informe gubernamental y transmisión en vivo. Este formato le permitió alcanzar en 2025 el séptimo lugar en el ranking de streamers más vistos en Latinoamérica —excluyendo Brasil—, superando incluso a creadores profesionales de contenido.
El modelo no es nuevo en la política. Fidel Castro era célebre por sus discursos interminables, Hugo Chávez convirtió su programa semanal en un ritual nacional y Donald Trump apostó por saturar la conversación pública. Pero lo que distingue a Sheinbaum es la disciplina de sostener un encuentro diario con periodistas y youtubers, transmitido en vivo desde Palacio Nacional.
Las mañaneras bajo su conducción son más cortas, puntuales y menos combativas que las de AMLO. Mientras él improvisaba largos monólogos y ataques directos a sus opositores, ella responde con serenidad o delega explicaciones técnicas a sus funcionarios. “Es una receta que sí funciona”, explicó la encuestadora Lorena Becerra, al describir cómo la mandataria ha logrado mantener credibilidad y cercanía con un público diverso.
Las transmisiones combinan presentaciones oficiales con gráficos, videos musicales o segmentos temáticos. Incluso han servido para estrenar canciones con mensajes sociales, como un tema de la agrupación Intocable dedicado a los migrantes. Además, Sheinbaum incorporó secciones inéditas, entre ellas una dedicada a reconocer a mujeres destacadas en la historia de México.
Una estrategia que mezcla imagen, comunicación directa y control narrativo
El equipo de Sheinbaum enfrentó al inicio un reto particular: las percepciones de género. Grupos de discusión revelaron que algunos dudaban de su capacidad por ser mujer. La respuesta fue diseñar una imagen ejecutiva y cercana a la vez: trajes formales o chaquetas con bordados tradicionales, además de su ya característica coleta. Esa combinación se proyecta en pantalla como sobriedad y autoridad, sin perder identidad cultural.
Los estrategas coinciden en que, más allá de los elementos visuales, la mañanera funciona como un canal de comunicación directa que refuerza la narrativa presidencial. “Es una forma muy poderosa de influir en los medios”, afirmó Camila Martínez, jefa de comunicación de Morena. Según ella, los diarios y portales digitales adaptan su agenda a lo que ocurre cada mañana en Palacio Nacional.
Sin embargo, el formato no está libre de críticas. Algunos lo consideran excesivamente controlado y cuestionan la falta de debate real. Aun así, la popularidad de Sheinbaum en las plataformas digitales es innegable: en agosto de 2025 sus transmisiones sumaron más de 24 millones de horas de visualización, aunque la cifra representa una caída del 30% respecto al año previo con AMLO.
Pese a esa disminución, Sheinbaum sigue manteniendo un promedio de más de 43 mil espectadores diarios en YouTube Live, lo que la coloca como la streamer más vista en México y dentro del top regional. Para el estratega Roberto Trad, la diferencia está en el tono: “AMLO mostraba los colmillos, ella no. Sigue siendo confrontativa, pero con más respeto y menos furia”.
La continuidad del formato mañanero asegura que el gobierno mantenga presencia diaria en la conversación pública, incluso frente a la competencia de influencers jóvenes dedicados a videojuegos o entretenimiento. En un ecosistema digital saturado, Sheinbaum apostó por la constancia y la disciplina, y de momento, esa estrategia la ha convertido en la política más influyente del streaming latinoamericano.
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