La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró este viernes que su gobierno investigará “a fondo” el caso del Rancho Izaguirre, ubicado en el municipio de Teuchitlán, Jalisco, señalado por colectivos de búsqueda como un presunto centro de exterminio operado por grupos del crimen organizado.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum reaccionó al hallazgo de al menos tres fosas clandestinas, hornos de cremación y más de 400 pares de zapatos dentro del predio, tras una inspección realizada por la Fiscalía General de la República (FGR) y madres buscadoras.
“Tiene que hacerse la investigación en Teuchitlán, en Jalisco, a fondo. Y eso le toca ahora a la Fiscalía General con la información que le dé la Fiscalía estatal”, puntualizó la mandataria.
El caso ha causado conmoción nacional debido a las dimensiones del hallazgo y la denuncia de omisiones previas por parte de las autoridades estatales. La FGR, encabezada por Alejandro Gertz Manero, retomó la investigación tras cuestionar el actuar de la Fiscalía de Jalisco, a quien acusó de no procesar adecuadamente las evidencias y no realizar inspecciones exhaustivas desde septiembre pasado.
Críticas a medios y opositores
Sheinbaum aprovechó el tema para criticar a ciertos sectores de la prensa y la oposición, a quienes acusó de utilizar el caso como parte de una estrategia para “desprestigiar” a su administración:
“Muchos medios hicieron crecer la historia del campo de exterminio y, sin información, comenzaron a difundir esa nota. Hay una campaña orquestada desde la oposición y ciertos medios para golpear al gobierno”, denunció.
Añadió que algunos periodistas y comentaristas difundieron el caso “sin esperar las pruebas ni visitar el lugar”. A pesar de las críticas, valoró que el fiscal Gertz Manero haya abierto el predio a la observación pública y pidió que los comunicadores que acudieron al sitio narren lo que vieron.
Una crisis humanitaria de largo plazo
México enfrenta una crisis de desapariciones que se ha profundizado en las últimas décadas. Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), más de 120,000 personas permanecen sin ser localizadas desde la década de 1960.
Sheinbaum diferenció la actual ola de desapariciones —que vinculó directamente con el crimen organizado— de la desaparición forzada ejercida por el Estado en épocas pasadas:
“Hubo una época en México en donde la desaparición forzada la hacía el Gobierno. Eso es otra historia distinta a lo que ocurre ahora”, sentenció.
La presidenta anunció que su gobierno trabajará en dos líneas para abordar la crisis de desapariciones:
- Investigación y justicia: para esclarecer casos y sancionar a los responsables.
- Reforma legal y prevención: para modificar leyes que permitan fortalecer los mecanismos de búsqueda y apoyo a víctimas.
“Queremos conocer exactamente cuántas personas desaparecieron, en qué fechas, y por qué mecanismos, para así crear políticas públicas efectivas”, señaló Sheinbaum.
El Rancho Izaguirre, símbolo del horror
El Rancho Izaguirre se ha convertido en uno de los hallazgos más significativos relacionados con desapariciones en años recientes. Colectivos de buscadores y familiares de víctimas aseguran que el sitio muestra indicios de haber sido utilizado como lugar de retención, tortura, incineración y ocultamiento de cuerpos.
El caso generó indignación nacional no solo por las dimensiones del hallazgo, sino también por las denuncias de que la Fiscalía de Jalisco habría limpiado y pintado el predio antes de permitir el acceso a colectivos y periodistas, lo que fue calificado por las familias como un “montaje”.
Con la investigación ahora en manos de la FGR, y el compromiso expresado por la presidenta de esclarecer los hechos, las familias esperan que el caso no quede impune.
“Es una herida abierta que no se puede cubrir con discursos. Queremos verdad, justicia y la aparición de nuestros hijos”, expresó Patricia Sotelo, madre buscadora presente durante la inspección.
El Rancho Izaguirre podría convertirse en un emblema de la lucha contra la impunidad en México. Pero el tiempo y la voluntad política determinarán si será recordado como un punto de inflexión o como una nueva página más de dolor en la historia del país.
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